lunes, 30 de noviembre de 2015

Correa de Vivar. Martirio de san Andrés

Martirio de san Andrés. 1540-1545. Juan Correa de Vivar
Óleo sobre tabla. Medidas: 98 cm. x 70 cm.
Museo del Prado. Madrid

Celebramos hoy la fiesta del Apóstol san Andrés. La historia del martirio de San Andrés la relata Santiago de la Vorágine en La leyenda dorada, una colección de narraciones, fundamentalmente vidas de santos, escritas en el siglo XIII y que constituyen una de las bases de la iconografía cristiana de todos los siglos. Se cuenta que cuando el apóstol San Andrés estuvo en Acaya (Grecia) fundó numerosas iglesias y convirtió a muchas personas a la fe de Cristo. Entre ellas, a la esposa del procónsul Egeas, que figura arrodillada en el cuadro. Cuando éste se enteró, furioso, quiso obligar a los cristianos a que ofrecieran sacrificios a los ídolos. San Andrés se presentó entonces ante el procónsul y trató de convencerlo para que desistiera en su empeño y se acercara al cristianismo; pero el procónsul ordenó su encarcelamiento. Fue azotado y colgado de la cruz como el Dios del que tanto hablaba, pero atado sólo de pies y manos, sin clavarlo a ella, para que tardara más en morir y prolongar de este modo su sufrimiento. Durante los dos días en que tardó en morir, San Andrés no dejó de predicar, haciendo concurrir a muchas personas que acudían a escucharle. Sus palabras revelaban a un santo y justo varón, por lo que la multitud no tardó en amotinarse contra Egeas, quien vio peligrar su propia vida. Ante tales amenazas, Egeas acudió al lugar para indultar al mártir, pero éste rechazó toda ayuda. Decía: ¿A qué vienes? Si es para pedir perdón, lo obtendrás; pero si es para desatarme y dejarme libre, no te molestes; ya es tarde. Yo no bajaré vivo de aquí; ya veo a mi Rey que me está esperando

Es la escena que contemplamos en la tabla de Corra de Vivar. Flanquean al apóstol y observan pacientemente su larga agonía tres soldados, ataviados con los atuendos característicos de este tipo de personajes en muchas obras de Correa. Los dos situados a la izquierda recuerdan, por sus formas y actitudes similares, aunque en distinta posición, a los dos representados a la izquierda en La Resurrección de Cristo del claustro del desaparecido convento de San Juan de la Penitencia de Toledo, considerada obra de Juan de Borgoña y discípulos, no anterior a 1530, fecha en la que Correa ya estaba incorporado al taller del maestro. La historia se representa delante de un edificio de aparejo toledano. Al fondo se desarrolla un paisaje en profundidad, en el que se divisa una extensión de agua y a lo lejos, entre montañas, diversas construcciones de planta circular, de inspiración clasicista, muy habituales en Correa 

domingo, 29 de noviembre de 2015

Cristo Pantocrátor

Cristo Pantocrátor. XIII. Anónimo
Mosaico
Santa Sofía de Constantinopla

TIEMPO DE ADVIENTO. Tiempo de espera al retorno glorioso de nuestro Señor, tiempo de preparación para nuestro encuentro con el Salvador. Tiempo de esperanza y de renovación espiritual. Esto es lo que acabamos de comenzar este domingo.

Contemplamos uno de los más conocidos mosaicos bizantinos, que decoran la que fuera maravillosa basílica de la capital del Imperio Romano de Oriente, la segunda Roma. Cristo, sereno, bendice a los fieles, y les muestra el Evangelio en el que están contenidas las palabras de la vida.

FELIZ Y SANTO TIEMPO DE ADVIENTO

sábado, 28 de noviembre de 2015

Valdés Leal. Inmaculada Concepción

Inmaculada Concepción. 1682. Juan de Valdés Leal
Óleo sobre lienzo. Medidas: 206 cm. x 144 cm.
Museo del Prado. Madrid.

«Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre.»

Este último día del año litúrgico nos invita el Evangelio a huir del pecado para prepararnos al retorno glorioso del Señor. Por eso, hemos escogido este sábado este lienzo de la Inmaculada Concepción, la mujer llena de gracia que venció al pecado.

Vemos a la Virgen de pie, sobre la luna y rodeada de nubes, en una imagen que supone una variación respecto al tipo de representaciones de la Inmaculada predominantes en Sevilla. Mientras que en estas se hace hincapié en el dinamismo y se buscan fórmulas de lectura inmediata y contenido triunfal, esta pintura de Valdés Leal propone una aproximación más reflexiva al tema, que se plantea de una manera más compleja. María no se eleva triunfal al cielo, pues tanto su manto como su lenguaje corporal y su expresión facial rebosan intimidad y recogimiento. Algo parecido ocurre con los ángeles niños, que no revolotean raudos a su alrededor, sino que la rodean sosegados y devotos, portando en sus manos ramas y flores, entre las que se distinguen rosas, azucenas, una espiga de trigo, un ramo de olivo y una palma, todos ellos atributos marianos. En la parte inferior derecha, dos ángeles sostienen un espejo a manera de custodia, en el que vemos al Niño Jesús. Su imagen es resultado del reflejo de un rayo de luz que parte del Trono de la Sabiduría y parece atravesar el cuerpo de la Virgen. La presencia de la Paloma y de Dios Padre, que se inclina solícito hacia María, completa la representación de la Trinidad en esta composición que nos habla de los fundamentos teológicos de la Inmaculada y nos recuerda algunas de las virtudes asociadas a María. Resulta espléndida la manera como Valdés Leal ha utilizado el color para ordenar ese discurso. El cuerpo de María, delicado y sólido, adquiere el protagonismo cromático y formal, y su actitud recogida condiciona el clima emotivo de toda la composición. A su alrededor tanto los ángeles como, sobre todo, la Trinidad componen un entorno más etéreo, y tanto los naranjas del rompimiento de glorias como el azul del cielo disuelven las formas y evitan disputar el protagonismo a la Virgen.

viernes, 27 de noviembre de 2015

Hans Memling. Cristo Pantocrátor.

Cristo Pantocrátor. 1485. Hans Memling
Óleo sobre tabla
Museo de Bellas Artes de Estrasburgo

Durante la visión, vi que colocaban unos tronos, y un anciano se sentó; su vestido era blanco como nieve, su cabellera como lana limpísima; su trono, llamas de fuego; sus ruedas, llamaradas. Un río impetuoso de fuego brotaba delante de él. Miles y miles le servían, millones estaban a sus órdenes. Comenzó la sesión y se abrieron los libros. Yo seguía mirando, atraído por las insolencias que profería aquel cuerno; hasta que mataron a la fiera, la descuartizaron y la echaron al fuego. A las otras fieras les quitaron el poder, dejándolas vivas una temporada. Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él. Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.

Leemos en la Eucaristía de hoy este texto del Libro de Daniel. En un lenguaje apocalíptico, se describe el triunfo de Dios, junto al que aparece la borrosa figura del Hijo del Hombre, que será de importancia vital para el lenguaje y expresiones de Jesús. Sin duda alguna, encontramos un claro antecedente de las descripciones del Apocalipsis, que darán pie a la iconografía del Pantocrátor. Por eso, hemos seleccionado la tabla central del Políptico de de las Vanidades Terrenas y la Redención celestial, de Hans Memmling, en la que aparece Cristo sentado en un trono, revestido con los atributos reales, y rodeado por ángeles músicos.

jueves, 26 de noviembre de 2015

Segna di Bonaventura. San Silvestre

San Silvestre abad. 1320. Segna di Bonaventura
Témpera y oro sobre tabla. Medidas: 25 cm x 39 cm.
Museo Metropolitano. Nueva York

Celebramos hoy la memoria de san Silvestre Gozzolini, fundador de la Congregación de los monjes Silvestrinos, en Fabriano en la marca de Ancona. Nació de noble familia en Osimo en Italia el año 1177. Estudió leyes y teología en Bolonia y Padua, y fue presentado canónigo en su patria. Su celo en reprender los vicios le adquirió enemigos, y hasta su Obispo, a quien creyó deber advertir algunas negligencias, se declaró perseguidor suyo. La vista del cadáver de un hombre que había sido admirado en vida por su belleza, acabó de separarle enteramente del mundo. Partió pues, secretamente de Osimo y se retiró a un desierto situado treinta millas distante de la ciudad, a los cuarenta años de su edad. Erigió un monasterio en 1231 en el monte Fano, a dos millas de Fabriano, en la marca o marquesado de Ancona. En esta casa estableció la regla de San Benito sin mitigación alguna; y en 1248 obtuvo de Inocencio IV la confirmación de su instituto. Vivió hasta ver en Italia 25 monasterio de su Órden, dejando a sus discípulos herederos de su espíritu de penitencia y oración. Murió en un día como hoy el año 1267.

La tabla que contemplamos procede de un tríptico firmado por Segna di Buonaventura, sobrino de Duccio y entre sus seguidores más fieles y prominentes en Siena. Investigaciones posteriores han establecido que, de hecho, los tres paneles componen las secciones centrales y finales de un pentatíptico desmembrado (retablo de cinco paneles).

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Yañez de la Almedina. Santa Catalina de Alejandria

Santa Catalina. 1505-1510. Yañez de la Almedina
Óleo sobre tabla. 212 x 112 cm. 
Museo del Prado, Madrid. España

Hoy recordamos la figura de Santa Catalina de Alejandría, que según dice el martirologio romano Santa Catalina, mártir, según la tradición, fue una virgen de Alejandría dotada tanto de agudo ingenio y sabiduría como de fortaleza de ánimo. Su cuerpo se venera piadosamente en el célebre monasterio del monte Sinaí.

La veneración de los restos de Santa Catalina en el monte Sinaí y la celebridad del monasterio ortodoxo que lleva su nombre y que los guarda ha hecho que casi haya disminuido la figura del mismo Moisés. Se la venera tanto en Oriente como en Occidente. 

Nada sabemos con certeza histórica de sus orígenes los datos de su muerte, según la "passio", son tardíos y se podría creer que Santa Catalina de Alejandría fuese un personaje aleccionador salido de la literatura para ilustrar la vida de los cristianos y estimularles en su fidelidad a la fe. Lo cierto es que la figura de esta santa lleva en sí la impronta de lo recto y sublime que es dar la vida por la Verdad que con toda fortaleza se busca y una vez encontrada se posee firmemente hasta la muerte. Esto es lo que atestigua la tradición, la leyenda y el arte.

Se la presenta como una joven de extremada belleza y aún mayor inteligencia. Perteneciente a una familia noble. Residente en Alejandría. Versada en los conocimientos filosóficos de la época y buscadora incansable de la verdad. Movida por la fe cristiana, se bautiza. Su vida está enmarcada en el siglo IV, cuando Maximino Daia se ha hecho Augusto del Imperio de Oriente. Sí, le ha tocado compartir el tiempo con este "hombre semibárbaro, fiera salvaje del Danubio, que habían soltado en las cultas ciudades del Oriente", según lo describe el padre Urbel, o, con términos de Lactancio, "el mundo para él era un juguete". Recrimina al emperador su conducta y lo enmudece con sus rectos razonamientos. Enfrentada con los sabios del imperio, descubre sus sofismas e incluso se convierten después de la dialéctica bizantina apareciendo como vencedora en la palestra de la razón 

Vencida por la fuerza de las armas es martirizada en la rueda de cuchillas que llegan a romperse y saltar hiriendo a sus propios verdugos y es muerta al final por la espada que corta su cabeza de un tajo.

Santa Catalina de Alejandría fue mártir, lo cual apenas se indica en una palma abandonada sobre el libro a la izquierda de la figura. A la derecha está la corona de reina. En la mano sostiene la espada y a sus pies la rueda del martirio. Nada indica sin embargo que esta hermosa joven haya sido objeto de violencia, pues ofrece un semblante sereno y una pose dulce. El tratamiento del tema es completamente diferente al que tan sólo unas décadas antes podía haber hecho del mismo Fernando Gallego, en su Martirio de Santa Catalina. Aquí se ha elegido la sola figura de la santa, lejos del lugar del martirio y de la acción del mismo, a diferencia del hispanoflamenco, que eligió el momento más dramático. La santa responde indudablemente al modelo de belleza de Leonardo, con un rostro suavemente difuminado, inclinado con ternura hacia un lado y con una pose distinguida. Sus labios dibujan esa sonrisa triste, cuya ambigüedad hizo famoso al italiano. Sus vestidos son los de una princesa, con una túnica dorada de adornos turcos. Las joyas rodean su cuello, como el collar de hileras de perlas. Esta figura monumental se encuentra respondida en sus proporciones armoniosas por un fondo de arquitectura que sigue las medidas canónicas de Bramante, el principal teórico de la arquitectura renacentista. Yáñez pues, nos muestra un resumen espléndido de las teorías del Renacimiento aplicadas a la pintura, con un resultado de hermosa contemplación.

martes, 24 de noviembre de 2015

Catedral de Bourges. El Juicio Final

El Juicio Final. XIII. Anónimo
Piedra tallada
Catedral de Bourges. Francia

«Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: "Yo soy", o bien "El momento está cerca"; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida.» Luego les dijo: «Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre. Habrá también espantos y grandes signos en el cielo.»

El Evangelio de este día nos habla del momento final: la llegada del Reino de Dios y el retorno glorioso del Señor. Por eso, contemplamos la magnífica fachada occidental de la Catedral de Bourges. Esta representación, aunque de estilo gótico, sigue los cánones establecidos en la época románica. La escena se presenta dividida en secciones horizontales. En el eje superior, aparece Cristo en Majestad, con los brazos extendidos, y dos ángeles que sostienen el sol y la luna: es el Señor de la entera creación, de la luz y de las tinieblas. A su derecha es izquierda, en su mismo nivel, cuatro ángeles muestran los instrumentos sagrados de la Pasión. Y, de rodillas, en el extremo de dicha banda, María y san Juan interceden por toda la humanidad.

En el centro de la banda central, está san Miguel, de pie, con una báscula para pesar las almas. A la derecha se representan, según la imagen del Evangelio, a los redimidos, que están vestidos entre vegetación y ángeles músicos. En el extremo de la derecha, bajo una arcada, aparece Abraham, en cuyo seno están las almas benditas. Pero, a la izquierda, se representan a los condenados, que están desnudos, y son empujados por los demonios hacia una caldera, cuyo fuego alimentan y avivan con fuelles. En el extremo de la izquierda, dicho recipiente puesto encima del fuego contiene las almas de quienes son destinados al tormento.

En la banda inferior, se representa la resurrección de los muertos, en el día del Juicio. Todos están desnudos, y van saliendo de sus tumbas para comparecer ante el Juez. De esta forma, vemos como los cuatro elementos clásicos de la escatología cristiana quedan representados: muerte, juicio, infierno y gloria.

lunes, 23 de noviembre de 2015

Pier Leone Ghezzi. Martirio de san Clemente

Martirio di san Clemente, 1724. Pier Leone Ghezzi
Óleo sobre lienzo
  Pinacoteca Vaticana.

Celebramos hoy la memoria de San Clemente I, Papa. Fue el tercer sucesor de San Pedro (después de Lino y Cleto) y gobernó a la Iglesia desde el año 93 hasta el 101. El año 96 escribió una carta a Los Corintios, que es el documento Papal más antiguo que se conoce (Después de las cartas de San Pedro). En esa carta da muy hermosos consejos, y recomienda obedecer siempre al Pontífice de Roma (Entre otras cosas dice: "el que se conserva puro no se enorgullezca por ello, porque la pureza es un regalo gratuito de Dios y no una conquista nuestra").

Por ser cristiano fue desterrado por el emperador Trajano a Crimea (al sur de Rusia) y condenado a trabajos forzados a picar piedra con otros dos mil cristianos. Las actas antiguas dicen que estos le decían: Ruega por nosotros Clemente, para que seamos dignos de las promesas de Cristo. San Ireneo (que vivió en el siglo segundo) dice que Clemente vio a los santos apóstoles Pedro y Pablo y trató con ellos.

Las Actas antiguas añaden que allá en Crimea convirtió a muchísimos paganos y los bautizó. Los obreros de la mina de mármol sufrían mucho por la sed, porque la fuente de agua más cercana estaba a diez kilómetros de distancia. El santo oró con fe y apareció allí muy cerca una fuete de agua cristalina. Esto le dio más fama de santidad y le permitió conseguir muchas conversiones más.

Un día las autoridades le exigieron que adorara a Júpiter. Él dijo que no adoraba sino al verdadero Dios. Entonces fue arrojado al mar, y para que los cristianos no pudieran venerar su cadáver, le fue atado al cuello un hierro pesadísimo. Pero una gran ola devolvió su cadáver a la orilla. San Cirilo y San Metodio llevaron a Roma en el año 860 los restos de San Clemente, los cuales fueron recibidos con gran solemnidad en la Ciudad Eterna, conservándose allí.



domingo, 22 de noviembre de 2015

Cristo Crucificado

Cristo Crucificado. Siglo XII. Anónimo
Madera tallada y policromada. Astudillo
Museo de los Claustros. Nueva York

En aquel tiempo, dijo Pilato a Jesús: «¿Eres tú el rey de los judíos?» Jesús le contestó: «¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?» Pilato replicó: «¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?» Jesús le contestó: «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.» Pilato le dijo: «Conque, ¿tú eres rey?» Jesús le contestó: «Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz.»


Leemos este año en la solemnidad de Jesucristo, rey del Universo, el interrogatorio al que sometió Pilatos a Jesús, en el curso del cual se se manifiesta como rey eterno. Por eso, hemos escogido esta representación medieval del Crucificado, en el que aparece con los atributos reales sobre la Cruz, dando a entender que el verdadero trono del Señor no es el de los hombres, sino el de su entrega en la Pasión.

sábado, 21 de noviembre de 2015

Giotto. La presentación de la Virgen en el Templo

Fresco, 200x185 cm

Celebramos hoy la presentación de la Virgen María en el Templo de Jerusalén por sus padres Joaquín y Ana. U día este, en que se recuerda la dedicación, el año 543, de la iglesia de Santa María la Nueva, construida cerca del templo de Jerusalén. 

Esta fiesta la celebramos, junto con los cristianos de la Iglesia oriental, la "dedicación" que María hizo de sí misma a Dios, ya desde su infancia, movida por el Espíritu Santo, de cuya gracia estaba llena desde su concepción inmaculada. Ya se celebraba en el siglo VI en el Oriente. En el 1372, el Papa Gregorio XI, informado por el canciller de la corte de Chipre sobre la gran celebración que en Grecia se hacía para esta fiesta el 21 de noviembre, la introdujo en Aviñón. Sixto V promulgó la fiesta para la Iglesia universal. 

Este episodio de la vida de la Virgen, está ausente de los Evangelios oficiales, teniendo que recurrir al evangelio del pseudo-Mateo (4 - 6), uno de los evangelios apócrifos. Según se narra en este Evangelio:

Y, destetada que fue al tercer año, Joaquín y su esposa Ana se encaminaron juntos al templo, y ofrecieron víctimas al Señor, y confiaron a la pequeña a la congregación de vírgenes, que pasaban el día y la noche glorificando a Dios. Y, cuando hubo sido depositada delante del templo del Señor, subió corriendo las quince gradas, sin mirar atrás, y sin reclamar la ayuda de sus padres, como hacen de ordinario los niños. Y este hecho llenó a todo el mundo de sorpresa, hasta el punto de que los mismos sacerdotes del templo no pudieron contener su admiración. (...) Y su semblante resplandecía como la nieve, hasta el extremo de que apenas podía mirársela. (...) Toda su conversación estaba tan llena de dulzura, que se reconocía la presencia de Dios en sus labios.

viernes, 20 de noviembre de 2015

Falcone. La expulsión de los mercaderes del Templo

La Expulsión de los mercaderes del Templo. 1630-1640. Aniello Falcone
Óleo sobre lienzo. Medidas: 101 cm x 114 cm.
Museo del Prado. Madrid

En aquel tiempo, entró Jesús en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: «Escrito está: "Mi casa es casa de oración"; pero vosotros la habéis convertido en una "cueva de bandidos."»

Leemos hoy en la Eucaristía el relato según san Lucas de la expulsión de los mercaderes del Templo. El lienzo que contemplamos, del pintor napolitano Falcone, nos muestra a Jesús, empuñando un flagelo, entre dos grupos de mercaderes, unos que se marchan a su izquierda, y otro que intenta recoger su mercancía a su derecha, ante la mirada de tres espectadores. La escena tiene lugar con un rico fondo arquitectónico de fondo, de estilo clasicista, que evoca el Templo de Jerusalén.

jueves, 19 de noviembre de 2015

Waräthi. Santa Gertrudis.

Santa Matilde y Santa Gertrudis de Helfta.1720. Inocente Waräthi
Fresco
Biblioteca del monasterio de Metten. Alemania

Santa Matilde de Hackeborn, que era quince años mayor que Santa Gertrudis, era también un alma mística. Por sus dotes naturales para el canto, Matilde sería también nombrada maestra de coro. La tradición acabó llamándola “Ruiseñor de Cristo”.  A los cincuenta años, se enteró de que su discípula había ido anotando cuidadosamente todas sus enseñanzas y cuanto oía contar sobre sus experiencias. Matilde se alarmo al saberlo; pero el Señor le comunicó que El mismo había inspirado a Gertrudis el deseo de poner por escrito esos datos. Con ello, se serenó Santa Matilde y aun corrigió personalmente el manuscrito. Se trata de la obra titulada "Libro de la Gracia Especial", o "Revelaciones de Santa Matilde". Siete años más tarde, el 19 de noviembre de 1298, Cristo llamó a Sí a Santa Matilde; "ella le ofreció su corazón y lo introdujo en el Suyo. Nuestro Señor trocó el corazón de Matilde con el suyo y le dio la gloria eterna, donde esperamos que con su intercesión nos alcanzará muchas gracias". Santa Matilde no ha sido nunca canonizada formalmente, pero se concedió su fiesta a muchos monasterios de monjas benedictinas. Algunos autores la identifican con la "Donna Matelda" del purgatorio de Dante (cantos 27 y 28).

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Consagración de San Pedro. Vaticano.

El Papa Urbano VIII dibuja las letras del alfabeto latino en las cenizas durante la consagración de la basílica de San Pedro del Vaticano el 18 de noviembre de 1626, aniversario de la consagración de la Basílica antigua, a 1300 años de la consagración original hecha por el papa san Silvestre. 
Tapiz romano, año 1660. Vaticano

Celebra la Iglesia hoy las consagraciones de las basílicas de San Pedro y San Pablo. La Basílica de San Pedro en el Vaticano y la de San Pablo en la via ostiense son los dos templos más importantes de toda la cristiandad y están edificados respectivamente sobre las tumbas de estos apóstoles. La primera fue consagrada tal día como hoy en 1626, tras 170 años de construcción, sobre la tumba de San Pedro donde ya Constantino había ordenado construir la primera basílica, allá por el año 323. La de San Pablo, por su parte, se encuentra al otro lado de Roma. La antigua basílica fue destruida en 1823 por un incendio, construyéndose la nueva sobre la anterior y siendo consagrada en 1854. En los trabajos de reconstrucción se encontró un sepulcro de antes del siglo IV con la inscripción: "A San Pablo, Apóstol y Mártir". Ambos edificios recuerdan a todos los cristianos en el mundo que la fe en Cristo se fundamenta en la predicación fiel del Evangelio y en la sangre de los primeros discípulos del Señor que supieron ser leales hasta el martirio.

Oración de consagración de la Iglesia.

Oh Dios, santificador y guía de tu Iglesia, 
celebramos tu nombre con alabanzas jubilosas, 
porque en este día tu pueblo quiere dedicarte, para siempre, con rito solemne, esta casa de oración, 
en la cual te honra con amor, 
se instruye con tu palabra 
y se alimenta con tus sacramentos. 

Este edificio hace vislumbrar el misterio de la Iglesia,
a la que Cristo santificó con su sangre, 
para presentarla ante sí como Esposa llena de gloria, 
como Virgen excelsa por la integridad de la fe, 
y Madre fecunda por el poder del Espíritu. 

Es la Iglesia santa, la viña elegida de Dios, 
cuyos sarmientos llenan el mundo entero, 
cuyos renuevos, adheridos al tronco, 
son atraídos hacia lo alto, al reino de los cielos. 

Es la Iglesia feliz, la morada de Dios con los hombres, 
el templo santo, construido con piedras vivas, 
sobre el cimiento de los Apóstoles, 
con Cristo Jesús como suprema piedra angular. 

Es la Iglesia excelsa, 
la Ciudad colocada sobre la cima de la montaña, 
accesible a todos, y a todos patente, 
en la cual brilla perenne la antorcha del Cordero 
y resuena agradecido el cántico de los bienaventurados. 

Te suplicamos, pues, Padre santo, 
que te dignes impregnar con santificación celestial esta iglesia y este altar, 
para que sean siempre lugar santo 
y una mesa siempre lista para el sacrificio de Cristo. 

Que en este lugar el torrente de tu gracia 
lave las manchas de los hombres, 
para que tus hijos, Padre, muertos al pecado, 
renazcan a la vida nueva. 

Que tus fieles, reunidos junto a este altar,
celebren el memorial de la Pascua, 
y se fortalezcan con la palabra y el cuerpo de Cristo. 

Que resuene aquí la alabanza jubilosa 
que armoniza las voces de los ángeles y de los hombres, 
y que suba hasta ti la plegaria por la salvación del mundo. 

Que los pobres encuentren aquí misericordia, 
los oprimidos alcancen la verdadera libertad, 
y todos los hombres sientan la dignidad de ser hijos tuyos, 
hasta que lleguen, gozosos, a la Jerusalén celestial. 
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo 
en la unidad del Espíritu Santo 
y es Dios, por los siglos de los siglos. 

martes, 17 de noviembre de 2015

Cristo y Zaqueo

Cristo y Zaqueo. XII. Anonimo
Piedra tallada
Iglesia de San Nectario. Puy de Dome (Francia)

En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: «Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa.» Él bajó en seguida y lo recibió muy contento.

La liturgia de este día nos presenta la escena del encuentro de Jesús con Zaqueo. La vemos representada en un capitel románico de San Nectario, en Francia. A la izquierda, aparece un árbol, al que se ha subido Zaqueo. Jesús se encuentra identificado por su nimbo crucífero.

lunes, 16 de noviembre de 2015

Miguel Cabrera. Santa Gertrudis


Santa Gertrudis, 1763. Miguel Cabrera 
Óleo sobre lienzo, 110.49 x 88.26 cm
Museum of Art. Dallas. Estados Unidos

Santa Gertrudis la Grande (1256-1301 o 1302) fue monja benedictina alemana del monasterio de Helfta, cerca de Sajonia. Una escritora mística muy prolífica, especialmente conocido por sus Ejercicios Espirituales, que interpretan los siete sacramentos. Murió en Helfta, cerca de Eisleben, Sajonia, el 17 de noviembre de 1301 ó 1302. 

Recorrió en modo maravilloso el camino de la perfección, dedicándose a la oración y contemplación, empleando su cultura para la redacción de sus textos de fe, entre ellos el celebre "Exercitia" y el que es tal vez uno de sus libros más famosos, las "Revelaciones". Es recordada entre las iniciadoras de la devoción al Sagrado Corazón, la primera en trazar una teología, pero sin el tema de las reparaciones que luego será dominante. Ejerció una gran influencia en su tiempo porque la fama de su Santidad y de sus visiones atraía a muchos para pedir consejo y consuelo.

Miguel Cabrera representa a la santa en la reflexión, con su herramientas de escritura a su derecha y un libro devocional (posiblemente su propio trabajo) frente a ella. Hace hincapié en la belleza de la cara de la santa, lo que indica la influencia del pintor español Bartolomé Esteban Murillo, que fue aclamado por la dulzura de sus representaciones de la Virgen y de los santos. De particular importancia en la composición es la imagen del corazón, y en este el símbolo del amor de Cristo que por su misericordia se hizo hombre y se sacrifico dándonos así la redención del pecado. 

Miguel Cabrera es uno de los más grandes pintores mexicanos del siglo XVII,   más de trescientas obras se han documentado de su gran estudio. También se convirtió en uno de los principales instructores y sostenedoras de una academia privada de la pintura en la Ciudad de México.



domingo, 15 de noviembre de 2015

Salvador Gómez. San Alberto Magno

Aparición de la Virgen a San Alberto Magno. 1660. Vicente Salvador Gómez
Óleo sobre lienzo. 132 x 100 cm
Museo de Bellas Artes.Valencia. España.

Recordamos hoy a san Alberto Magno, patrono de las ciencias naturales. "Doctor Universallis", "Doctor Expertus". Nació en el castillo de Bollstadt, cerca de la ciudad bávara de Lavingen. Es noble y rico, pero además quiere ser sabio. Busca la ciencia con pasión, cuando he aquí que, oyendo predicar en Padua a Jordán de Sajonia, general de los Hermanos Predicadores, se amplían los horizontes de sus anhelos. Ahora quiere ser santo. Cuando Jordán baja del pulpito, el joven alemán cae a sus pies, pidiéndole el hábito blanco de Santo Domingo. Tenía entonces treinta años. Después, toda su vida se resume en estas tres palabras: rezar, estudiar y enseñar. Enseña en las principales casas de su Orden, especialmente en Colonia y en París, y "dondequiera que sienta su cátedra, dice un contemporáneo suyo, parece monopolizar a todos los amantes de la verdad". En 1260, una orden del Pontífice le separa de sus libros para hacerle obispo de Ratisbona. Fue un pequeño paréntesis, en que el profesor descubre sus talentos de administrador y de reformador. Dos años más tarde dejaba la mitra y volvía a coger los libros. Murió a la edad de 87 años en Colonia.

Fue un forjador de grandes maestros, entre los cuales descuella el más ilustre de todos: Santo Tomás de Aquino. En las escuelas de la Edad Media se decía de él este adagio: Mundo luxisti, quia totum scibile scisti. Lo cual quiere decir: "Iluminaste al mundo, porque supiste todo lo que se puede saber."

San Alberto Magno se esfuerza por recoger todos los frutos de la experiencia antigua, atesorados en Aristóteles, Avicena y Nicolás de Damasco, madurándolos y aumentándolos con su propia experiencia. Amplía las consideraciones aristotélicas sobre la esfericidad de la tierra, explica la Vía Láctea como una multitud de estrellas, habla de las antípodas, y determina las horas del día y el ritmo de las estaciones para cada sección del globo; explica la formación de las montañas por la erosión; nos ofrece en uno de sus libros el germen de la descripción de la tierra; en su laboratorio hace interesantes experiencias químicas, formula teorías audaces, es un hábil destilador, conoce el uso del agua fuerte y del arsénico, y separa en el crisol los metales preciosos de las materias impuras. Sacerdote, obispo y Doctor de la Iglesia, fue un destacado teólogo, geógrafo, filósofo y figura representativa de la química. Su humildad y pobreza fueron notables.

sábado, 14 de noviembre de 2015

Cavallini. El Juicio Final

 El Juicio Final, 1293. Pietro Cavallini
Fresco, 320 x 1400 cm
Santa Cecilia in Trastevere, Roma. Italia.

Un silencio sereno lo envolvía todo, y, al mediar la noche su carrera, tu palabra todopoderosa se abalanzó, como paladín inexorable, desde el trono real de los cielos al país condenado; llevaba la espada afilada de tu orden terminante; se detuvo y lo llenó todo de muerte; pisaba la tierra y tocaba el cielo. Porque la creación entera, cumpliendo tus órdenes, cambió radicalmente de naturaleza, para guardar incólumes a tus hijos. Se vio la nube dando sombra al campamento, la tierra firme emergiendo donde había antes agua, el mar Rojo convertido en camino practicable y el violento oleaje hecho una vega verde; por allí pasaron, en formación compacta, los que iban protegidos por tu mano, presenciando prodigios asombrosos. Retozaban como potros y triscaban como corderos, alabándote a ti, Señor, su libertador.

Leemos en la Eucaristía de hoy este pasaje del capítulo 18 del Libro de la Sabiduría. Sobre todo la primera frase ha sido utilizada por la liturgia para referirse a la Encarnación del Verbo, la Sabiduría de Dios, en nuestro Señor Jesucristo. Por eso, contemplamos un fresco que representa a Jesucristo Pantocrátor, sentado sobre el trono celestial y rodeado de la mandorla mística, mientras es alabado por los siete áneles.

viernes, 13 de noviembre de 2015

Sevilla. San Leandro

San Leandro y San Isidoro protectores de la catedral de Sevilla, h. 1512-1517.
Madera policromada.44 x 83 x 28 cm.
Retablo mayor. Catedral de Santa María. Sevilla. España.

Celebramos hoy la memoria de san Leandro quien natural de Cartagena, pertenecía a una de las familias más importantes de la ciudad integrada por un padre hispanorromano y una madre visigoda. La llegada de los bizantinos a la costa levantina (554) motivó el traslado de la familia a Sevilla, iniciándose un terrible destierro. Será en Sevilla donde Leandro complete su formación, posiblemente influida por la conversión de la madre al catolicismo. La pérdida de los padres motivó que Leandro quedara como tutor de sus hermanos pequeños -entre ellos san Isidoro- ingresando en un monasterio cuando se vio libre del compromiso. En el año 578 era nombrado obispo de Sevilla, participando activamente en la sublevación de Hermenegildo, hijo de Leovigildo. Se apunta la posibilidad de que san Leandro fuera el responsable de la conversión del joven visigodo al catolicismo.

Hermenegildo envió a Leandro a Constantinopla para recabar apoyos para su causa, pasando el obispo tres años en la capital oriental. Estableció una fructífera relación con san Gregorio Magno y redactó la "Expositio in Librum Job". A su regreso a tierras hispalenses sufrió la persecución del monarca visigodo, siendo desterrado durante algunos años. Durante el destierro dedicó la mayor parte de su tiempo a escribir obras contra los arrianos. Regresó a Sevilla e instruyó religiosamente a Recaredo por instancias del propio Leovigildo, síntoma del cambio que se produce en los últimos años de su reinado. 

La conversión de Recaredo y el pueblo visigodo al catolicismo (586) fue felizmente celebrada por Leandro con la convocatoria del III Concilio de Toledo tres años después. Como fundador de la escuela teológica sevillana, se interesó por la enseñanza oral, los escritos y la formación de los clérigos.

jueves, 12 de noviembre de 2015

Fray Juan Ricci. San Millan


San Millán de la Cogolla en la batalla de Hacinas. 1653. Fray Juan Ricci
Monasterio de San Millán de la Cogolla . La Rioja. España.

Celebramos hoy la festividad de un santo español de gran renombre durante la reconquista debido a sus intervenciones milagrosas en diferentes campos de batalla. Nació en el año 473. Se sabe, según nos cuenta la tradición, que fue educado por San Felices y vivió como ermitaño en las cuevas del monte San Lorenzo. Fundó un monasterio que lleva su nombre y murió hacia el año 574.

El lienzo nos presenta una batalla en la que el Santo sobre un unicornio blanco galopa derribando a varios moros. San Millán viste el hábito benedictino y blande flamígera espada con la que amenaza a un moro. Bajo su unicornio se dispone un moro tendido en el suelo, composición, por otra parte, típica en de las escenas de caballería. La distribución medieval del cuadro nos lo divide en dos zonas. La derecha que se hace corresponder con el bien y la izquierda con el mal, así podemos observar cómo el lado del evangelio está ocupado por los cristianos mientras que el correspondiente a la zona izquierda representa al hereje, al infiel. El centro de la composición está ocupado como hemos dicho por San Millán, pero también se destaca un gigantesco árbol, imagen del Estado del que San Millán es su protector y patrón. La referencia del Unicornio a la pureza es constante, pero no solamente expresa una pureza individual, sino también la idea más importante de ser un animal que con su cuerno purifica lo que toca. San Millán es un defensor de la virtud que baja a la tierra para purificarla del infiel y en esta misión se muestra como guerrero, haciendo gala de toda la fortaleza contra el mal, pues a modo de Unicornio, tan sólo le pueden detener las fuerzas del bien.También se debe destacar las tonalidades que el pintor confiere al cielo y el castillo que se levanta sobre una colina y que podría servir para identificar con más seguridad la batalla que se quiere representar.

Sin duda, el propósito del lienzo supera la simple representación de una batalla, la finalidad esencial la hemos de encontrar en el deseo de manifestar el poder milagroso de San Millán y las razones por las que se le consideró patrono de Castilla y, junto con Santiago, patrono de España. Las intervenciones milagrosas del Santo en la Reconquista fueron varias:

De San Millán se creía que protegía a los navarros y a los hombres de Castilla la Vieja, y García II de Navarra hizo una peregrinación a su tumba para pedirle ayuda contra Almanzor (997). Se creía que se le había aparecido a Fernán González en la batalla de Hacinas, y a García III en la toma de Calahorra (1045); y mucho antes de los poemas que sobre él escribieron Berceo y un monje de Arlanza, que han sobrevivido, se compusieron leyendas de época a propósito de su acción protectoras. Tales apariciones tienen su precedente en el reino Astur-leonés, ya que en el siglo IX apareció con la misma finalidad protectora el apóstol Santiago en la batalla de Clavijo en ayuda del rey Ramiro y los tercios cristianos.

Para el Padre Yepes, Para Yepes es en Simancas cuando acaeció la primera aparición del Santo en ayuda de los cristianos, nos dice cómo en ella se unieron todos los ejércitos cristianos de Navarra, Vasconia, Castilla y León contra el moro Abderramán. Por esta batalla nacieron los votos de San Millán en Castilla por el agradecimiento que desde este momento Femán González expresó al mencionado Santo mediante los favores y donaciones que concedió al monasterio que lleva el nombre de San Millán, a quien, por otra parte, le hizo patrono de Castilla.

Ricci plasmó en la batalla (posiblemente de Simancas) descrita así por el P. Yepes - "Muy conocida es, y sabida de los españoles la batalla de Simancas, cuando el Rey don Ramiro el segundo, viendo que el Rey Abderramán de Córdoba, entraba con poderoso ejército en tierras de cristianos, pareciole, que era imposible resistir a tanta muchedumbre de infieles envió a pedir al Rey de Navarra, García Sánchez, y al conde de Castilla, Fernán González, que le socorriesen, y favoreciesen, en este aprieto tan grande, en que se veían los cristianos de España. Estos príncipes llamados vinieron para ayudar al Rey don Ramiro; pero comparados los nuestros con los infieles eran poquísimos; porque había para cada cristiano cien moros, y así acudieron los Reyes a pedir otro nuevo socorro, y amparo, de más tomo y sustancia. Suplicaron a nuestro Señor les favoreciese y pusieron sus intercesores a Santiago y San Millán" y prosigue, "A vista de los ejércitos se abrieron los cielos, y salieron de ellos dos caballeros (Santigo y san Millan), que venían en caballos blancos, armados con armas blancas, con espadas en las manos." - a San Millán con la importancia y trascendencia máxima: la de ser defensor de la cristiandad y patrono de Castilla y España.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

El Greco. San Martín de Tours

San Martín y el mendigo. 1597-1600. El Greco
Óleo sobre lienzo, 193 cm × 103 cm
Galería Nacional de Arte .Washington, Estados Unidos

Hoy celebra la Iglesia la memoria de san Martín de Tours, nacido en Panonia, Hungría en el 316 y muerto en Francia, 397. La representación que contemplamos fue concebida como parte del programa decorativo de la Capilla de san José en Toledo. La pintura fue realizada para agradar al donante, Martín Ramírez, por lo que El Greco muestra a san Martín, patrono del fundador, como Caballero con su exquisita armadura socorriendo a un mendigo, que se encuentra a la izquierda de la composición.

Martín Ramírez, fue un hombre que había destacado por sus buenas acciones exaltando la importancia de la caridad para la salvación del alma, según se había dispuesto en el Concilio de Trento. La escena se desarrolla en primer plano, excesivamente cercana al espectador. San Martín, vestido con una armadura damasquinada típicamente toledana, va montado en un elegante caballo blanco. Comparte su capa con el pobre que ha encontrado desnudo en el camino, figura que contemplamos a la izquierda de la composición. Al fondo vuelve a aparecer el paisaje toledano, envuelto en tormentosas nubes. Recurre a situar los personajes sobre un pequeño espacio de terreno, dando sensación de cierto agobio. La figura del santo es armoniosa y proporcionada. No se puede decir lo mismo de su caballo, de enormes patas, ni del mendigo, de una altura sorprendente que le hace aun más delgado. Emplea, por lo tanto, dos tipos de canon estético: el tradicional y el personal, diferenciados por la proporción de las figuras. La escena tiene un aire especial por el color empleado y por el lirismo con el que se cuenta la historia y que confiere a la escena un gran espiritualismo. Los azules, grises, verdes y blancos se adueñan del conjunto, destacando sobre marrones y negros. La luz refuerza estas tonalidades y resbala por las figuras, resultando de ello un interesante estudio lumínico.

martes, 10 de noviembre de 2015

Rafael. San León Magno y Atila

San León Magno y Atila. 1514. Rafael Sanzio
Fresco.
Palacio Pontificio de El Vaticano

Recordamos hoy al gran papa san león, el gran teólogo del siglo V, que guió a la Iglesia en el momento del debate acerca de la persona divina de Cristo en la que concurren verdaderamente las naturalezas humana y divina.  León restableció la tradición ortodoxa en su célebre carta dogmática a Flaviano, Tomus Leonis, que fue aprobada por el concilio con las palabras: Pedro ha hablado a través de León.

El episodio más conocido de su pontificado fue su encuentro, en 452 en la ciudad de Mantua, con Atila, el rey de los hunos, quien había invadido el norte de Italia obligando al emperador Valentiniano III a abandonar la corte de Rávena y refugiarse en Roma. León convence a Atila para que no marche sobre Roma logrando la retirada de su ejército tras la firma de un tratado de paz con el Imperio Romano a cambio del pago de un tributo. Otra teoría barajada es que Atila se retiró de Italia debido a la hambruna y epidemias que sufría su ejército. Este hecho tuvo una gran importancia simbólica ya que, aunque el Imperio romano seguiría existiendo hasta 476, situaba como principal fuerza política de Europa a la Iglesia y no el Imperio.

Unos años más tarde, en 455, en una situación similar, los vándalos de Genserico saquearon Roma, pero el papa consiguió que se respetara la vida de sus habitantes y que no fuera incendiada. Como papa, asumió el título de pontifex maximus, que habían abandonado los emperadores romanos desde el 382. Fue canonizado en 1574, y su festividad se celebra el 10 de noviembre, día de su muerte en 461.

El fresco que contemplamos fue pintado por Rafael para las estancias pontificias del palacio vaticano. Aparece a la izquierda el papa san León, saliendo al paso de Atila. En realidad, se trata de un retrato del papa León X, mecenas del genial pintor.

lunes, 9 de noviembre de 2015

Tiziano. El Salvador de hortelano

El Salvador, de hortelano. 1553. Tiziano
Óleo sobre lienzo. Medidas: 68 cm x 62 cm.
Museo del Prado. Madrid

La fiesta que hoy celebramos de la Dedicación de la Basílica de Letrán recuerda que dicho templo está consagrado a Jesucristo, Salvador de los hombres. Por eso, hemos escogido una figura de menos de medio cuerpo, que representa a Jesucristo como Salvador de los Hombres. Se trata de un fragmento de un cuadro que tenía por tema el pasaje evangélico de la aparición de Cristo resucitado a María Magdalena (Noli me tangere).

El cuadro se pintó para María de Hungría y lo vio el embajador Francisco Vargas en el estudio de Tiziano en 1553. Al ser entregado en El Escorial el 15 de abril de 1574, no quedaba de la pintura más que este fragmento, cortado en 1566 por Juan Fernández de Navarrete El Mudo, por orden de Felipe II. La radiografía revela el mal estado en que quedó el lienzo, que entró en el Prado en 1839.

viernes, 6 de noviembre de 2015

Corregio. Santos Pedro, Marta, Magdalena y Leonardo de Noblac

Santos Pedro, Marta, Magdalena y Leonardo. 1517. Correggio
Óleo sobre lienzo. Medidas: 172 cm x 126 cm.
Museo Metropolitano. Nueva York

Celebramos hoy la memoria de san Leonardo de Noblac, un santo muy popular en la Europa medieval. Lo vemos representado en un cuadro de devoción, junto a otros cuatro santos identificables por sus atributos simbólicos. Su autor, antonio Allegri da Corregio, nació en esta ciudad italiana de Correggio. Empezó a pintar allí y en Mantua, donde trabajaba Andrea Mantegna, que fue su principal influencia de juventud. Fue influido también por Lorenzo Costa el Viejo y Leonardo da Vinci.

Estuvo en Roma entre 1517 y 1520, época en la que adquirió un clasicismo naturalista al contacto con Rafael y Miguel Ángel. Hacia 1530 estuvo al servicio de Federico II Gonzaga, duque de Mantua. Pintó una célebre serie de cuatro lienzos de mitologías para el Palazzo Tè.

Recibe la influencia de Melozzo da Forlì. Es comúnmente considerado como pionero del uso de la luz. Consigue sensación de ingravidez. De gran sensibilidad y delicadeza, pinta a niños, adolescentes y figuras femeninas suaves y de blanda sensualidad. Comienza como un renacentista clásico, posteriormente recibe la influencia manierista y acaba, por su dinamismo y profundidad espacial, anticipando el barroco. En su madurez, su estilo es noble y equilibrado, con sombras transparentes y diseño fluido.

jueves, 5 de noviembre de 2015

Frei Carlos. El buen Pastor

El buen Pastor. 1520. Frei Carlos
Óleo sobre tabla. Medidas: 90 cm x 65 cm.
Museo Nacional de Arte Antiguo. Lisboa.

Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: "¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido."

La parábola del Buen Pastor ha dado origen, desde la más temprana hora del Cristianismo, a una fecunda iconografía, en la que aparece Cristo como el buen pastor que rescata a la oveja perdida. Nosotros hemos escogido para la contemplación de esta escena una tabla del renacimiento portugués, perteneciente al pintor Fray Carlos, nombre de un monje jerónimo del Monasterio de Espiñeiro.

Cristo aparece sobre el fondo adamasquinado de un dosel, en el vano de una galería que se abre al exterior mediante una arquería de arquitectura clásica. Lleva una túnica y capa de color pardo, tal vez evocando el color del hábito de los monjes jerónimos. En sus brazos porta un cordero en actitud de tranquilidad.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Il Cerano. San Carlos Borromeo ante Cristo muerto.

San Carlos Borromeo ante Cristo muerto. 1610. Giovanni Battista Crespi
Óleo sobre lienzo. Medidas: 209 cm x 156 cm.
Museo del Prado. Madrid

Memoria de san Carlos Borromeo, obispo, que nombrado cardenal por su tío materno, el papa Pío IV, y elegido obispo de Milán, fue en esta sede un verdadero pastor fiel, preocupado por las necesidades de la Iglesia de su tiempo, y para la formación del clero convocó sínodos y erigió seminarios, visitó muchas veces toda su diócesis con el fin de fomentar las costumbres cristianas y dio muchas normas para bien de los fieles. Pasó a la patria celeste en la fecha de ayer.

Este anuncio del Martirologio romano nos sirve como preámbulo a la contemplación de un devoto retrato del santo, pintado por el Cerano, apodo de Giovanni Battista Crespi. El santo aparece arrodillado ante Cristo muerto. Su cuerpo, recostado sobre un lecho, está intensamente iluminado. Por su parte, el color rojo distintivo del rango cardenalicio del santo queda iluminado por el resplandor del cuerpo de Jesús.

martes, 3 de noviembre de 2015

La última cena

La última cena, s. XII. Maestro de Agüero
Piedra
Monasterio de san Juan de la Peña. Sta. Cruz de la Seros. España

En aquel tiempo, uno de los comensales dijo a Jesús: «¡Dichoso el que coma en el banquete del reino de Dios!» Jesús le contestó: «Un hombre daba un gran banquete y convidó a mucha gente; a la hora del banquete mandó un criado a avisar a los convidados: "Venid, que ya está preparado." 

La Eucaristía nos presenta hoy la parábola del banquete que un señor preparó y al que invitó a sus amigos, que tenían muchas ocupaciones y no quisieron asistir. También en la Eucaristía nos invita el Señor, y tantas veces nos olvidamos de él a causa de pequeñeces que consideramos fundamentales en nuestra existencia.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Anónimo. Cristo en Majestad

Cristo en Majestad. XII. Anónimo
Madera tallada y policromada. Medidas: 156 cm x 120 cm. x 40 cm.
Museo de Arte de Cataluña

El 2 de noviembre conmemora la Iglesia a todos los fieles difuntos. Este año, al coincidir con el domingo, nos hace considerar de forma más profunda el misterio de la Cruz y de la Resurrección de nuestro Señor. De la Cruz, pues a través de la muerte Jesús ha compartido nuestra condición y nosotros compartimos con nuestra muerte su Cruz; de la Resurrección, pues de ella esperamos poder participar por su misericordia.

Por eso, hemos escogido una de las obras maestras de la escultura románica: la llamada Majestad de Batlló. Se trata de un Cristo crucificado, pero que ostenta toda la realeza del Resucitado. El nombre de Batlló se debe al coleccionista que lo donó en 1914 a la Diputación de Barcelona, de donde pasó al Museo de Arte de Cataluña.


Cristo no está desnudo, sino revestido con ropajes reales; no muestra el sufrimiento del tormento, sino la serenidad de quien ha triunfado y observa a quienes todavía tenemos que caminar por el valle de las sombras y de la muerte. A la talla le faltan los pies y algunos dedos. En la parte superior del madero, se lee la inscripción: Jesús Nazareno, Rey de los Judíos.

domingo, 1 de noviembre de 2015

Maestro de la Familia Artés. El Juicio Final

El Juicio Final. 1500-1520. Maestro de la Familía Artés
Óleo sobre tabla. Medidas: 200 cm x 130 cm.
Museo de Arte de Sao Paulo. Brasil.

Contemplamos hoy la escena del Juicio Final, en la solemnidad de Todos los Santos. Lo hacemos a través de una tabla del llamado Maestro de la Familia Artés. Se trata de un pintor anónimo catalán, activo en Valencia alrededor del año 1500. Se le considera en el círculo del Renacimiento hispano, confluyendo en su estilo las influencias pictóricas flamencas, italianas y provenzales, con imaginación académica notable y agudo sentido cromático.

La tabla está dividida en dos partes verticales. La superior está presidida por Cristo resucitado, que muestra las llagas de la Crucifixión y ostenta un manto púrpura. A su derecha está el coro de las vírgenes, encabezado por María, y a la izquierda el de los santos. El ámbito celestial se encuentra delimitado por estructuras almenadas, que simbolizan la ciudad celestial, a la que se refiere el Libro del Apocalipsis.

Justo debajo de él se encuentra una estructura abovedada, dentro de la cual se representa el milagro de la Misa de San Gregorio. A la izquierda se representan los réprobos, distinguiéndose a Judas ahorcado; en el centro un mar de fuego en el que se distinguen varios personajes, entre ellos un eclesiástico; y, por último, debajo, un pozo en que los demonios arrojan las almas condenadas.

A la izquierda, en la parte superior, un ángel va subiendo las almas que se levan en una piscina llena de sangre (son los que lavan sus vestiduras en la Sangre del Cordero); debajo hay una especie de nicho (el limbo de los justos), en el que están sentados varios niños; por último, en la parte inferior, se ve una especie de piscina con tres personajes, que podría responder al Purgatorio en el que son purificadas las almas.