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lunes, 28 de enero de 2013

Santo Tomás de Aquino


Apoteosis de Santo Tomás de Aquino, 1631.
Obra de Francisco de Zurbarán
Óleo sobre lienzo 475x375 cm

Éste cuadro se realizo para el Colegio de Santo Tomás de Sevilla. El tema es una exaltación de la propia labor del Colegio. Santo Tomás de Aquino, una de las figuras más relevantes de la teología cristiana,  fue nombrado Doctor de la Iglesia en 1567 y su fiesta se celebra el 28 de enero. Por su importancia aparece rodeado de los cuatro Padres de la Iglesia junto a otros tantos personajes. A su derecha se encuentran conversando San Ambrosio, con mitra episcopal y San Gregorio, con tiara papal; a su izquierda, San Jerónimo, de rojo cardenalicio, y San Agustín con lo mitra episcopal. Los cinco intelectuales se encuentran en el plano superior del cuadro, que simboliza el mundo divino, donde se aparecen representados, san Pablo, santo Domingo de Guzmán y la santísima Trinidad En el plano inferior se encuentra representada la tierra: los personajes principales de la Orden y el emperador Carlos V. Su presencia se explica porque fue él quien facilitó los terrenos y la dote necesaria para la construcción y puesta en marcha del Colegio. A lo largo de su vida, el emperador ofreció su protector patronazgo.

La vida perdurable consiste, primariamente, en nuestra unión con Dios, ya que el mismo Dios en persona es el premio y el término de todas nuestras fatigas: Yo soy tu escudo y tu paga abundante.
Esta unión consiste en la visión perfecta: Ahora vemos confusamente en un espejo; entonces veremos cara a cara. También consiste en la suprema alabanza, como dice el profeta: Allí habrá gozo y alegría, con acción de gracias al son de instrumentos.
Consiste, asimismo, en la perfecta satisfacción de nuestros deseos, ya que allí los bienaventurados tendrán más de lo que deseaban o esperaban. La razón de ello es porque en esta vida nadie puede satisfacer sus deseos, y ninguna cosa creada puede saciar nunca el deseo del hombre: sólo Dios puede saciarlo con creces, hasta el infinito; por esto, el hombre no puede hallar su descanso más que en Dios, como dice san Agustín: «Nos has hecho para ti, Señor, y nuestro corazón no hallará reposo hasta que descanse en ti».
Los santos, en la patria celestial, poseerán a Dios de un modo perfecto, y, por esto, sus deseos quedarán saciados y tendrán más aún de lo que deseaban. Por esto, dice el
Señor: Entra en el gozo de tu Señor. Y san Agustín dice: «Todo el gozo no cabrá en todos, pero todos verán colmado su gozo. Me saciaré de tu semblante; y también: El sacia de bienes tus anhelos».
Todo lo que hay de deleitable se encuentra allí superabundantemente. Si se desean los deleites, allí se encuentra el supremo y perfectísimo deleite, pues procede de Dios, sumo bien: Alegría perpetua a tu derecha.
La vida perdurable consiste, también, en la amable compañía de todos los bienaventurados, compañía sumamente agradable, ya que cada cual verá a los demás bienaventurados participar de sus mismos bienes. Todos, en efecto, amarán a los demás como a sí mismos, y, por esto, se alegrarán del bien de los demás como el suyo propio. Con lo cual, la alegría y el gozo de cada uno se verán aumentados con el gozo de todos.

Santo Tomás de Aquino, Conferencia sobre el Credo, Opuscula Theologica 2

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