La Pasión de Cristo, 2004. Director, Mel Gibson
Película de Cine
El cine es un arte que nos puede llevar a a experiencias insospechadas. Con buenos guiones, fotografía y música el movimiento de la cámara puede hacer que el espectador entre dentro de la historia que se cuenta haciendole participar de lo que allí se narra. Tantas veces nos podemos identificar con un personaje, ensimismar por una imagen, repetir textos o cantar músicas que nos llevan inmortalizar aquel momento.
Leyendo hoy las lecturas de Jeremías y el evangelio me ha venido a la memoria a modo de momento fotográfico estas dos imágenes de la misma obra.
Un personaje, Cristo que dice a sus discípulos, sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos.Y por otra parte el Profeta Jeremías, "Venid, maquinemos contra jeremías, porque no falta la ley del sacerdote, ni el consejo del sabio, ni el oráculo del profeta; venid, lo heriremos con su propia lengua y no haremos caso de sus oráculos."
Señor, hazme caso, oye cómo me acusan. ¿Es que se paga el bien con mal, que han cavado una fosa para mí? Acuérdate de cómo estuve en tu presencia, intercediendo en su favor, para apartar de ellos tu enojo.
Es el mismo Jesús quien pregunta a los hijos de Zebedeo, ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber? y ellos muy gallardos responde; si, lo somos.
Son dos caras de una misma moneda, por una parte vemos a Cristo como maestro que nos enseña como debemos actuar y al que gozosamente queremos seguir escuchándole en la intimidad, y por otra parte la realidad de la áspera y concreta entrega en la pasión y la cruz. El discípulo no es menos que el Maestro.
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