En la Provincia de León, cerca de Sahagún, se halla un antiquísimo Monasterio, en el que de forma ininterrumpida ha sido Dios alabado y servido por una comunidad de monjas benedictinas. Todavía hoy siguen allí las hermanas, cuya hospitalidad ha sido siempre motivo de alegría para los miembros de este Oratorio Monástico.
San Pedro de las Dueñas atesora muchos objetos artísticos. Su Iglesia de estilo románico es, simplemente, impresionante. En dicho oratorio, entre otras maravillas, se encuentra un Cristo crucificado de Gregorio Fernández, al que hoy, cuarto viernes de Cuaresma, vamos a dedicar nuestro diario recorrido por las imágenes sagradas.
Se trata de una obra muy representativa del arte de la escuela castellana de escultura. El estudio anatómico realista busca expresar con la mayor fidelidad posible la realidad del Crucificado, y provocar así un mayor sentimiento de piedad en quien lo contempla. La realidad de la historia se impone sobre las interpretaciones; el artista busca reflejar lo más fielmente posible lo que pasó, para que quien lo contemple se arrepienta ante la enormidad del sufrimiento y del amor del Señor.
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