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viernes, 19 de julio de 2013

Jan van eyck. La fuente de la Gracia

La Fuente de la Gracia y Triunfo de la Iglesia sobre la Sinagoga. 1430. Escuela de Jan van Eyck
Óleo sobre tabla. Medidas: 181 cm x 119 cm.
Museo del Prado. Madrid España.

El diez de este mes cada uno procurará un animal para su familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con el vecino de casa, hasta completar el número de personas; y cada uno comerá su parte hasta terminarlo. Será un animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito. Lo guardaréis hasta el día catorce del mes, y toda la asamblea de Israel lo matará al atardecer. Tomaréis la sangre y rociaréis las dos jambas y el dintel de la casa donde lo hayáis comido. Esa noche comeréis la carne, asada a fuego, comeréis panes sin fermentar y verduras amargas. No comeréis de ella nada crudo ni cocido en agua, sino asado a fuego: con cabeza, patas y entrañas. No dejaréis restos para la mañana siguiente; y, si sobra algo, lo quemaréis. Y lo comeréis así: la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano; y os lo comeréis a toda prisa, porque es la Pascua, el paso del Señor.

La primera lectura de la Eucaristía de hoy nos propone el anterior texto, que nos describe la institución de la fiesta judía de la Pascua. Se trata de la intervención de Dios en la historia, para liberar a su pueblo. Dicha intervención alcanza su plenitud en la Pascua de Cristo, el verdadero cordero de Dios que quita los pecados del mundo, con cuyo sacrificio en la Cruz somos rescatados todos los hombres.

Durante la época gótica fue usual representar ambos aspectos del misterio pascual de Cristo, contraponiendo a la Sinagoga, es decir, la fe de Israel que niega a Cristo, con la Iglesia. Aquella es ciega, ésta ha recibido la plenitud de la gracia. Y en el centro, está el cordero, sobre el cual está Cristo.

La representación está realizada en tres planos. En el superior se encuentra Cristo en el trono, entre la Virgen y San Juan Evangelista, con el Cordero a los pies, de donde brota un manantial. En el medio aparecen ángeles músicos y cantores. En el plano inferior se representan a la izquierda reyes, nobles, papas, teólogos, y a la derecha varios judíos confusos y en fuga, uno de ellos con los ojos vendados. 

Las Sagradas Formas que manan con el agua dan al tema un claro significado eucarístico y convierten el agua en símbolo de Gracia, que ilumina a la Iglesia Triunfante y ciega a la Sinagoga, es decir, a los judíos que no reconocen a Cristo. 

El cuadro está basado en el Políptico de los hermanos van Eyck en la catedral de San Bavón de Gante, aunque existen ciertas diferencias, especialmente el mayor desarrollo de la arquitectura del baldaquino, dispuesto en las tres terrazas, y la posición del Cordero a los pies del Creador. 

La obra se localiza en España desde mediados del siglo XV cuando fue donado por Enrique IV al Monasterio del Parral de Segovia.

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