Entierro de Cristo. 1506-1519. Juan de Flandes
Óleo sobre tabla.
Retablo Mayor de la Catedral de Palencia
Este sábado primero de Cuaresma nos propone la liturgia el texto del Sermón de la Montaña, en el Evangelio de san Mateo, en el que Jesús afirma que hemos de amar no sólo a quienes nos aman, sino también a nuestros enemigos. Jesús mismo nos dio ejemplo, entregando su vida para salvar a quienes se habían enemistado con Dios y con los hombres, es decir, a todos nosotros. Por eso, vamos al recurrir al mismo autor, Juan de Flandes, para contemplar el misterio del entierro de nuestro Señor Jesucristo.
La obra se encuentra en el retablo mayor de la Catedral de Palencia. Los personajes centrales (Jesús muerto, María, la Magdalena, Nicodemo, José de Aritmatea y el apóstol san Juan), se mezclan con otros personajes y objetos secundarios, como es el perro que en primer plano olfatea el clavo que ha estado clavado en la mano del Señor, símbolo de la fidelidad; o el búho que está asomado en la ventana redonda del fondo, que no sólo alude a la hora de la tarde en la que se verificó el entierro, sino que invita a los creyentes a la actitud de vigilancia, permaneciendo despiertos a la espera del triunfo del Señor en la Resurrección.
Se ha considerado que el personaje situado en el centro de la escena vestido de negro es el propio maestro, por lo que estaríamos hablando de un autorretrato de Juan de Flandes.
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