Pantocrátor. 1200-1210. Maestro de Lluça
Temple sobre tabla. Medidas: 102cm x 108cm.
Museo del Prado. Madrid. España
La liturgia de este día nos remite al Evangelio de san Juan, donde nos narra la aparición de Cristo resucitado a la Magdalena. La escena la gloria del Señor que aparece resucitado, con el cariño de la mujer que siguió a Cristo hasta la Cruz. Por eso, hemos escogido un frontal de altar románico, para ilustrar la escena. Un frontal de altar era una tabla pintada, que podía ponerse en determinadas solemnidades delante de un altar, como adorno, o como ilustración del misterio que ese día se celebra.
Este frontal está presidido por el Cristo glorioso, que aparece sentado y bendiciendo en majestad, es decir, como un rey sentado sobre su trono. Su posición es estrictamente frontal, sentado sobre un cojín cilíndrico decorado con un dibujo lineal y rematado con un motivo floral, colocado sobre un arco, y apoya sus pies descalzos sobre un escabel; lleva una túnica verde y un manto rojo dispuesto a la manera romana y bendice con la mano derecha levantada. Sobre la rodilla y sujeto con la mano izquierda muestra el Libro de los siete sellos cerrado en el que se lee la palabra "PAX".
El Pantocrátor está rodeado por la mandorla o almendra mística, que determina cuatro enjutas en las que se representa el Tetramorfos. De izquierda a derecha y de arriba abajo se disponen el ángel (san Mateo), el águila (san Juan Evangelista), el león (san Marcos) y el toro (san Lucas). El artista los muestra con nimbo dorado, que destaca sobre el color rojo del fondo y contrasta con el azul estrellado que sirve como fondo al Pantocrátor, que está situado entre el sol -una estrella roja- y la luna.
En los dos laterales que se sitúan a ambos lados de la Maiestas Domini -cuatro en total- el artista alterna los colores de los fondos: azul estrellado en los extremos superior izquierdo e inferior derecho, y amarillo en los dos restantes. En el registro superior se muestra a la derecha a las tres Marías en el sepulcro, nimbadas y con sus tarros de perfume, y a la izquierda al ángel sentado sobre la tumba abierta y vacía, temas ambos que evocan a la resurrección de Cristo.
Abajo, están representados el Noli me tangere y la resurrección de Lázaro. El noli me tangere se refiere a la aparición a la Magdalena; cuando ésta le quiere abrazar, Jesús dice: No me toques, que aún no he subido a mi Padre. Estas palabras en latín "noli me tangere", es decir, no me toques, han dado nombre a este tema iconográfico, tan frecuente en el arte cristiano.
Todo el programa iconográfico alude a la divinidad de Cristo y otorga un papel destacado a la Magdalena, titular de la capilla. Digno de destacar es el sabio manejo del color, con la alternancia de la tonalidad de los fondos en relación a la de las vestiduras y los nimbos de las figuras. Buena prueba de ello es el nimbo crucífero de Cristo, rojo sobre el fondo amarillo del Noli me tangere, y amarillo sobre el azul de la resurrección de Lázaro, o los tres colores diferentes -rojo, amarillo y azul- en los nimbos de las tres Marías a fin de que destaquen sobre el amarillo del fondo
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