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viernes, 2 de mayo de 2014

La Crucifixión. Maestro inter Virgines.

La Crucifixión. 1487. Maestro de la Virgo inter Virgines
Óleo sobre tabla. Medidas: 78cm x 58cm.
Colección Carmen Thyssen-Bornemisza. Madrid

Este Viernes de Pascua volvemos a contemplar el misterio de la Pasión de nuestro Señor. La ignomina de dicho momento queda iluminada por al gloria de la Resurrección y, de este modo, lo que fue un instrumento de tortura y muerte, se convierte en el trono del Rey celestial, de donde brota la sangre que nos vivifica y que destruye nuestra propia muerte.

Para contemplar este misterio, hemos escogido una tabla del llamado Maestro inter Virgines. En esta Crucifixión, el autor ha trasladado la escena principal a la derecha, ocupando el centro de la composición los jinetes y soldados a los pies del Calvario. Para el conjunto de los tres crucificados empleó una escala menor que la de Cristo y además recurrió a modelos de maestros flamencos de generaciones anteriores. Al fondo se representan otros dos episodios de la Pasión: María asistida por dos de las santas mujeres y Cristo con la cruz a cuestas, consiguiendo con ello cierto sentido narrativo. El gran número de figuras que aparecen en la obra, hace que el paisaje ocupe un lugar secundario. La luz sobrecogedora y los tonos oscuros de la vista acentúan los colores rojizos y anaranjados de los personajes, consiguiendo así centralizar la atención en ellos.

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