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viernes, 7 de noviembre de 2014

Anónimo veneciano. Ecce Homo

Ecce Homo. 1505-1515. Anónimo veneciano
Témpera sobre tabla. Medidas: 40 cm x 27 cm.
Salters Art Museum. Baltimore

Nosotros, por el contrario, somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso, con esa energía que posee para sometérselo todo.

Este viernes leemos este fragmento de la Carta a los Filipenses, en el que se nos invita a contemplar el cuerpo glorioso del Señor para conformarnos a él. Este cuerpo glorioso fue torturado en la Pasión y exhibido por Pilatos al populacho cuando, después de azotarlo, lo presentó ante la turba diciendo: Ecce Homo, es decir, aquí está el hombre. Efectivamente, en la Pasión de Cristo Dios asume el dolor de la humanidad, lo redime en la Resurrección, y lo transforma en fuente de salvación.

Por eso, contemplamos este viernes una hermosa versión del renacimiento veneciano del Ecce Homo. Cristo aparece coronado de espinas, con una túnica rojiza, y portando la caña que le pusieron como emperador para mofarse de él. El fondo oscuro recalca la tristeza del joven rostro de Cristo, que mira hacia un lado en actitud dolente.

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