Cristo flagelado y Pedro arrepentido. 1510-1520. Anónimo Córdoba
Óleo sobre tabla. Medidas: 177 cm x 75 cm.
Gemäldegalerie Alte Meister. Dresde
«Os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos: pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entra por mí, se salvará, y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago: yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante.»
Leemos esta semana los textos del capítulo 10 de san Juan, en los que Jesús se presenta como el buen pastor y como la puerta por la que entra el rebaño. Jesús nos antecede en el camino de la salvación; nos lo abrió en su Pasión, Muerte y Resurrección. Por eso, hemos contemplamos hoy esta tabla conservada en el Museo de Dresde, procedente de Córdoba, en la que aparece Cristo atado a la columna y flagelado, y san Pedro, que llora a sus pies sus negaciones.
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