Lamentación sobre Cristo muerto. 1340-1345. Maestro del Códice de san Jorge
Témpera y oro sobre tabla. Medidas: 39 x 27 cm
Museo Metropolitano de Arte. Nueva York
Jesús murió y fue sepultado. La escena entra en la más normal y dolorosa experiencia humana. Nuestra fe, sin embargo, nos pone de manifiesto que muriendo el Autor de la Vida, destruyó nuestra muerte y nos abrió el camino hacia la vida eterna. Sin embargo, este Sábado Santo asistimos con los testigos de la Pasión del Señor a su doloroso deber de sepultar el cadáver de Jesús.
La tabla de contemplamos, pintada por un autor conocido como el Maestro del Códice de San Jorge, debido a sus iluminaciones sobre dicho manuscrito, que se conserva en la Biblioteca Vaticana, nos ofrece una visión devocional de dicho momento. Fue pintada en el entorno de Avignon, donde se encontraba la corte papal. Conjuga influencias sienesas con otras propias del gótico francés.
El cadáver de Jesús reposa sobre el regazo de la Virgen maría, vestida de un intenso azul, y de las tres Marías que lo acompañaron hasta el final. San Juan se inclina sobre la Virgen para consolar su gesto de dolor. Nicodemo y José de Aritmatea se distinguen de otros dos personajes por el nimbo que ostentan sus cabezas; uno de ellos porta la sábana para embalsamarlo; otro de los personajes de la izquierda muestra el martillo con el que lo han desclavado de la cruz, en la que se ven llamativos restos de sangre.
El cadáver de Jesús reposa sobre el regazo de la Virgen maría, vestida de un intenso azul, y de las tres Marías que lo acompañaron hasta el final. San Juan se inclina sobre la Virgen para consolar su gesto de dolor. Nicodemo y José de Aritmatea se distinguen de otros dos personajes por el nimbo que ostentan sus cabezas; uno de ellos porta la sábana para embalsamarlo; otro de los personajes de la izquierda muestra el martillo con el que lo han desclavado de la cruz, en la que se ven llamativos restos de sangre.
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