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sábado, 20 de junio de 2015

Memmi. San Pablo

San Pablo. 1330. Lippo Memmi
Témpera y oro sobre tabla. Medidas: 89 cm x 41 cm.
Museo Metropolitano. Nueva York.

Leemos en la lectura de la Eucaristía el elogio que de sí mismo hace san Pablo en el capítulo 12 de su Segunda Carta a los Corintios. Dicho, elogio, desemboca en la impresionante confesión de san Pablo sobre el medio por el cual Dios le ha infundido la humildad: Por la grandeza de estas revelaciones, para que no tenga soberbia, me han metido una espina en la carne: un ángel de Satanás que me apalea, para que no sea soberbio. Tres veces he pedido al Señor verme libre de él; y me ha respondido: «Te basta mi gracia; la fuerza se realiza en la debilidad.» Por eso, muy a gusto presumo de mis debilidades, porque así residirá en mí la fuerza de Cristo. Por eso, vivo contento en medio de mis debilidades, de los insultos, las privaciones, las persecuciones y las dificultades sufridas por Cristo. Porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte.

Hemos escogido un retrato de san Pablo, que lo representa con sus atributos tradicionales: la espada en la mano derecha, y sus propios textos sostenidos con la mano izquierda, Pertenece a Lippo Memmi, cuyo nombre completo era Filippo di Memmo di Filipuccio (Siena, h. 1291 – 1356). Fue un pintor italiano perteneciente a la Escuela sienesa. Fue el seguidor más destacado de Simone Martini, que era su cuñado. Nacido en una familia de artistas, era hijo del pintor Memmo di Filipuccio y hermano de Thederigo (o Federigo) Memmi. En 1324 su hermana contrajo matrimonio con Simone Martini, de quien hacía ya tiempo era el más estrecho colaborador. Su estilo es muy similar al de su cuñado, por lo que muchas obras atribuidas a éste pueden haber sido en mayor o menor medida fruto de su propio trabajo.Impulsó el gótico internacional, y terminó trabajando en el ámbito de la corte papal de Avignon.

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