La Piedad. 1465. Fernando Gallego
Técnica mista sobre tabla. Medidas: 118cm x 111cm.
Museo del Prado. Madrid. España
Contemplamos este viernes el misterio de la Cruz, por el que hemos recibido la salvación. Por eso, contemplamos una Piedad, que representa el dolor de la Virgen por su hijo muerto, la Piedad, abrazando el cuerpo inerte de Cristo apenas cubierto por el paño de pureza, y con la Cruz, símbolo de su martirio, tras ellos. En su obra, Fernando Gallego sitúa a la izquierda a los anónimos donantes, representados a menor tamaño. Una cartela dice: Miserere mei, Domine (“ten compasión de mí, Señor”), solicitando el perdón de Cristo para merecer los frutos de la Redención. Al fondo, entre el paisaje rocoso, se levanta una ciudad amurallada que evoca a Jerusalén, como si fuera una ciudad medieval.
Fernando Gallego, prescindiendo de las heridas y sangre de Cristo que suelen aparecer en la representación de la Piedad, concentra el dramatismo de la escena en la intensidad del abrazo de la Virgen a su Hijo y en la expresión de su rostro, y destaca la soledad de María, en una composición piramidal con su túnica roja -alusiva al dolor de la Pasión- y su manto azul.
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