Cristo, varón de dolores, 1495-1500. Andrea Mantegna
Óleo sobre tabla, Medidas: 78 x 48 cm
Galería Nacional de Dinamarca. Copenhague
Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, se burlarán de él, le escupirán, lo azotarán y lo matarán; y a los tres días resucitará.
Esta sentencia de Jesús en el capítulo 10 de san Marcos que leemos en la Eucaristía de hoy nos mueve a la contemplación de Cristo, varón de dolores. Se trata de una iconografía de origen medieval, que presenta al Señor muerto, con su cuerpo severamente maltratado por la tortura a la que fue sometido, sostenido por los ángeles, que lo muestran como salvador de los hombres, tal como lo había profetizado Isaías.
Mantegna nos presenta una imagen del cuerpo de Cristo con gran perfección anatómica, sobre un artístico sepulcro, con un fondo de paisaje muy logrado. Llama la atención, también, el extraordinario colorido de la obra.
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