La Resurrección, XV. Pedro Berruguete
Temple sobre tabla. 96 cm x 57 cm
Museo del Prado. Madrid
En el Evangelio que leemos hoy en la Eucaristía, se presentan ante Jesús un grupo de saduceos, es decir, miembros de la clase sacerdotal de Jerusalén, que negaban la resurrección de los muertos, y le proponen un dilema: una mujer se va casando con los hermanos que sucesivamente van muriendo. ¿Con quién de ellos estarán en la resurrección? Jesús responde poniendo de manifiesto su error:
Estáis equivocados, porque no entendéis la Escritura ni el poder de Dios. Cuando resuciten, ni los hombres ni las mujeres se casarán; serán como ángeles del cielo. Y a propósito de que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el episodio de la zarza, lo que le dijo Dios: "Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob"? No es Dios de muertos, sino de vivos. Estáis muy equivocados.
La respuesta divina al dilemna de la muerte vendrá dado en la propia Resurrección del Señor. Por eso, contemplamos hoy una tabla de Berruguete, perteneciente a su primera época, en la que aparece el Señor resucitando del sepulcro, con las murallas de la ciudad en perspectiva, sobre un fondo neutro dorado, al estilo bizantino. En él vemos el poder de Dios, que no es Señor de muertos, sino de vivos.
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