Cristo y apostolado. XIII. Anónimo
Piedra tallada y policromada
Iglesia de San Juan. Alba de Tormes
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis. No llevéis en la faja oro, plata ni calderilla; ni tampoco alforja para el camino, ni túnica de repuesto, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento. Cuando entréis en un pueblo o aldea, averiguad quién hay allí de confianza y quedaos en su casa hasta que os vayáis. Al entrar en una casa saludad; si la casa se lo merece, la paz que le deseáis vendrá a ella. Si no se lo merece, la paz volverá a vosotros. Si alguno no os recibe o no os escucha, al salir de su casa o del pueblo, sacudid el polvo de los pies. Os aseguro que el día del juicio les será más llevadero a Sodoma y Gomorra que a aquel pueblo.»
Jesús envía a sus discípulos a predicar la llegada del reino de los cielos. Les pide que confíen plenamente en el poder del Señor, y no en sus propias fuerzas. Su señorío viene de lo alto. Por eso, contemplamos hoy un majestuoso conjunto escultórico románico, conservado en la Iglesia de San Juan de Alba de Tormes.
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