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jueves, 17 de noviembre de 2016

Carrión. Cristo Pantocrátor

Pantocrátor. XII. Anónimo
Piedra tallada
Iglesia de Santiago. Carrión de los Condes

Pero uno de los ancianos me dijo: «No llores más. Sábete que ha vencido el león de la tribu de Judá, el vástago de David, y que puede abrir el rollo y sus siete sellos.» Entonces vi delante del trono, rodeado por los seres vivientes y los ancianos, a un Cordero en pie; se notaba que lo hablan degollado, y tenía siete cuernos y siete ojos –son los siete espíritus que Dios ha enviado a toda la tierra–. El Cordero se acercó, y el que estaba sentado en el trono le dio el libro con la mano derecha.

La liturgia nos invita en la primera lectura de la Eucaristía, tomada del Libro del Apocalipsis, no sólo a contemplar el misterio de Cristo en majestad, sino también a participar en la alabanza cósmica de la entera creación. Es lo que la iconografía medieval del Cristo Pantocrátor pretende, y que hoy podemos contemplar en uno de sus más grandiosos ejemplares: el Cristo Pantocrátor de Carrión. La palabra griega Pantocrátor significa Todopoderoso.

La diócesis palentina, a la que pertenece Carrión, fue una zona intensamente romanizada. De hecho, la imagen que contemplamos tiene mucho en común con las esculturas imperiales de la época romana, especialmente en el rico tratamiento de los ropajes reales y el trenzado del pelo. Cristo aparece sentada dentro de una mandorla mística, que alude a la visión luminosa que describe el autor del Apocalipsis.

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