El Salvador. Siglo XVI. Felipe Vigarny
Madera tallada y policromada
Catedral de Palencia
Jesús puede salvar definitivamente a los que por medio de él se acercan a Dios, porque vive siempre para interceder en su favor. Y tal convenía que fuese nuestro sumo sacerdote: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado sobre el cielo.
Leemos en la Eucaristía de hoy este texto de la Carta a los Hebreos en que se presenta a Cristo como el sacerdote por medio del cual tenemos acceso a Dios. Por eso, hemos escogido para nuestra contemplación orante una de mis obras favoritas de la catedral de Palencia, el Salvador de Felipe Vigarny.
Felipe Bigarny o Vigarny, según las distintas grafías, fue unos de los escultores más prolíficos del renacimiento castellano. Oriundo de Borgoña, dejó en la nave del Evangelio de la Catedral de Palencia esta obra, tallada en madera de nogal dorada y policromada., que en principio estaba destinada al retablo del altar mayor, pero que luego fue sustituida por la de San Antolín. El paño de este retablo se atribuye a Diego de Siloé, y fue ejecutado en torno al año 1500.
La imagen nos muestra a Cristo en majestad, sedente, rodeado del Tetramorfos. En la mano izquierda sostiene el Señor un magníficos libro, que contiene su mensaje, y con la mano derecha bendice en la forma típicamente occidental, es decir, con los tres primeros dedos extendidos simbolizando la Trinidad, a diferencia de los orientales.
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