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viernes, 17 de febrero de 2017

Lucas van Valckenburg. La torre de Babel

La Torre de Babel, 1594. Lucas van Valckenburg
Óleo sobre tabla, Medidas: 41 x 56 cm
Museo del Louvre. París

Al emigrar los hombres desde oriente, encontraron una llanura en la tierra de Senaar y se establecieron allí. Se dijeron unos a otros: «Vamos a preparar ladrillos y a cocerlos al fuego». Y emplearon ladrillos en vez de piedras, y alquitrán en vez de argamasa. Después dijeron: «Vamos a construir una ciudad y una torre que alcance el cielo, para hacernos un nombre, no sea que nos dispersemos por la superficie de la tierra».

Avanzamos en el libro del Génesis hasta el momento de la construcción de la torre de Babel, después del diluvio. Nuevamente la soberbia humana pretende prescindir de Dios, y erige una torre en la buscar refugio, olvidando la fuerza salvadora de Dios.

miércoles, 15 de febrero de 2017

Noé suelta la paloma

Noé suelta la paloma. Siglo XII
Mosaico
San Marcos de Venecia

Pasados cuarenta días, Noé abrió la claraboya que había hecho en el arca y soltó el cuervo, que estuvo saliendo y retornando hasta que se secó el agua en la tierra. Después soltó la paloma, para ver si había menguado el agua sobre la superficie del suelo. Pero la paloma no encontró donde posarse y volvió al arca, porque todavía había agua sobre la superficie de toda la tierra. Él alargó su mano, la agarró y la metió consigo en el arca. Esperó otros siete días y de nuevo soltó la paloma desde el arca. Al atardecer, la paloma volvió con una hoja verde de olivo en el pico. Noé comprendió que el agua había menguado sobre la tierra. Esperó todavía otros siete días y soltó la paloma, que ya no volvió.

Leemos en la Eucaristía de hoy este texto del Libro del Génesis, que contemplamos en un magnífico fresco románico de la catedral de San Marcos de Venecia. El relato da pie a la primera alianza que establece Dios con los hombres, prometiendo no volver a castigar la tierra. Desde entonces, la paloma con la rama de olivo en el pico se ha convertido en un elocuente signo de paz.

martes, 14 de febrero de 2017

Santos Cirilo y Metodio

Santos Cirilo y Metodio traen el cuerpo de san Clemente de Roma. S. XI..
Fresco en la Basilica di San Clemente, Roma.


Hoy la Iglesia celebra la fiesta de los Santos Cirilo y Metodio  quienes, hace ya 1150, años comenzaron la misión en Moravia (Eslovaquia). Eran dos hermanos. En el mundo llamados Constanino y Miguel. Recibieron los nombres de Cirilo y Metodio al entrar a la vida religiosa. Son los dos grandes apóstoles de los países eslavos, como por ejemplo: Yugoslavia, Checoslovaquia, Eslovaquia, Bulgaria, Serbia, Croacia, etc.

Nacieron en Tesalónica, Grecia. Su padre era un importante funcionario gubernamental. Fueron siete hermanos. Metodio era el mayor y Cirilo el menor de todos. Metodio fue el arzobispo metropolitano de los granmoravos, aunque no siempre encontró la comprensión y el respaldo del príncipe de la Gran Moravia, Svatopluk. Bajo la dirección de Metodio se desarrolló la escuela literaria morava de la cual salieron las traducciones al eslavo antiguo de todos los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento. La traducción de las Sagradas Escrituras fue realizada en la Gran Moravia en ocho meses. Metodio la dictó a los escribanos que utilizaban una especie de taquigrafía. Inventaron el alfabeto glagolítico para esta traducción de la Biblia y poder así anunciar el evangelio a los pueblos eslavos . De ahí el nombre de cirílico que recibe el alfabeto que usan algunas lenguas eslavas. Cirilo y Metodio son considerados los padres de la escritura de las lenguas eslavas.

El papa Nicolás I otorgó la bula para que pudieran seguir traduciendo y propagando el cristianismo entre los eslavos, a pesar de que no pudieran celebrar la misa en su lengua. Llamados a Roma, Cirilo murió allí el 14 de febrero del año 869. Sus restos están enterrados precisamente en la Iglesia de San Clemente de Roma.

San Metodio murió el 6 de abril del año 885 y fue enterrado en su templo metropolitano en Moravia. La tradición sitúa el lugar de su sepultura en Velehrad, Moravia del Sur. Sin embargo, el desmoronamiento del imperio de la Gran Moravia como consecuencia de las incursiones de los magiares ocasionó la destrucción de los asentamientos.

Ellos son  los evangelizadores del mundo eslavo. La Iglesia Ortodoxa considera isapostolos (‘iguales a los apóstoles’), y para la Iglesia Católica son Patronos de Europa. Juan Pablo II los nombró co-patronos de Europa en 1980. Fueron un signo visible de unión de toda la iglesia, oriente y occidente.

lunes, 13 de febrero de 2017

Caín mata a Abel

Caín mata a Abel, XII. Anónimo
Mosaico
Catedral de Monreale (Sicilia)

Después dio a luz a Abel, el hermano. Abel era pastor de ovejas, mientras que Caín trabajaba en el campo. Pasado un tiempo, Caín ofreció al Señor dones de los frutos del campo, y Abel ofreció las primicias y la grasa de sus ovejas. El Señor se fijó en Abel y en su ofrenda, y no se fijó en Caín ni en su ofrenda, por lo cual Caín se enfureció y andaba abatido. 

El Señor dijo a Caín: «¿Por qué te enfureces y andas abatido? Cierto, si obraras bien, estarías animado; pero, si no obras bien, el pecado acecha a la puerta; y, aunque viene por ti, tú puedes dominarlo.» Caín dijo a su hermano Abel: «Vamos al campo.»  Y, cuando estaban en el campo, Caín atacó a su hermano Abel y lo mató. 

El relato de la muerte del justo Abel constituye el segundo hito pecaminoso en la historia de la humanidad. La envidia de Caín le conduce al asesinato de su hermano. El itinerario de la maldad sigue alejando al hombre del paraíso, y la libertad deja de ser un instrumento para elegir libremente el bien y se pervierte escogiendo el mal.

La escena está descrita en este magnífico mosaico de la Catedral de Monreal, en sicilia. Aparece Abel caído en el suelo, con una herida en la cabeza, mientras Caín se dispone a rematarlo

viernes, 10 de febrero de 2017

Juan de Roelas. Santa Escolástica

Santa Escolástica. 1598-1603. Juan de Roelas
Óleo sobre tabla, Medidas: 270 x 104 cm
Museo Nacional de Escultura. Valladolid

Celebramos hoy los monasterios benedictinos la fiesta de santa Escolástica, hermana de san Benito. Es tradicional la lectura de los textos de los Diálogos de San Gregorio, en los que se nos narra su visita a san Benito, con el incidente de la lluvia que dios le concedió para poder prolongar durante la noche su diálogo; y la narración de su muerte y entierro en Montecasino.

Contemplamos una tabla que, junto con otra de san Benito, cumplía la función de puertas, probablemente de un desaparecido armario de reliquias, de ahí que estén pintadas por ambas caras. Cerradas mostraban la representación de los santos hermanos fundadores de la orden benedictina en sus ramas masculina y femenina, con dominio de tonos negros y grises; abiertas ofrecián dos escenas plenas de colorido que reunen a los apóstoles en torno a la Virgen: Pentecostés a la izquierda y la Asunción a la derecha.

San Benito y Santa Escolástica responden a un mismo modelo iconográfico, tomado de los grabados de una vida del santo, editada en Roma en 1579; en pie, elevada al cielo la mirada, dominan la composición y amparan bajo sus manos las pequeñas figuras arrodilladas de los miembros de la orden; como fondo la vista parcial de la potente arquitectura de una puerta.

Según Navarrete Prieto: "Estas portezuelas de retablo, realizadas para el monasterio benedictino de San Benito de Valladolid, posiblemente serían las puertas de un desaparecido armario de reliquias, tal y como son las del recientemente reconstruido en el Museo Nacional de Escultura con los cuadros de Vicente Carducho. 

Consideradas hasta el presente como obras anónimas, son piezas bien características del estilo temprano de Juan de Roelas y suponen una importante contribución a su catálogo por la escasez de obras del pintor realizadas durante su estancia vallisoletana.

jueves, 9 de febrero de 2017

El Bosco. La Creación de Adán y Eva

La Creación de Adán y Eva, 1500. Hieronymus Bosch
Óleo sobre tabla, Medidas: 188 x 77 cm
Museo del Prado. Madrid.

Leemos en la primera lectura de la Eucaristía de hoy el relato de la Creación. Por eso, vamos a contemplar una de las tablas del tríptico del Jardín de las Delicias, de El Bosco, que es, sin duda, una de las más conocidas e interesantes pinturas del inicio del Renacimiento.

Se trata de un tríptico pintado al óleo sobre tabla de 220 x 389 cm, compuesto de una tabla central de 220 x 195 cm y dos laterales de 220 x 97 cada una (pintadas en sus dos lados) que se pueden cerrar sobre aquella.

Obra de contenido simbólico, sobre el que se han ofrecido variadas interpretaciones, como El carro de heno o la Mesa de los pecados capitales, obras todas ellas adquiridas por el rey Felipe II de España, gran admirador del pintor, y guardadas durante algún tiempo en el Monasterio de El Escorial, obedece a una intención moralizante y satírica que iba a hacer fortuna ya en su época como demuestra la temprana aparición de copistas e imitadores.

El postigo de la izquierda representa el Paraíso terrenal. Al fondo puede verse la Fuente de la Vida. En primer plano hay una escena del todo atípica ya que no representa ni la creación de Eva de la costilla de Adán, tampoco el modo de comportarse en el jardín, ni la reconvención que sigue a la expulsión del paraíso, los únicos temas relatados en el Génesis en relación con este episodio. En esta curiosa y original escena aparecen Dios, Eva y Adán. Adán está despierto, lo que sólo aparece en miniaturas, y Dios le está presentando a Eva, recién creada. Dios está representado de una manera anticuada para los tiempos del Bosco: como Jesucristo. Eva se encuentra arrodillada en el suelo y toma de la mano a Dios. Adán, tumbado, mira a la futura pecadora. Junto al primer hombre y la primera mujer aparece el Árbol de la vida (un exótico drago), y en un segundo plano, a la derecha, el Árbol del bien y del mal (una palmera, también llamado el árbol de la ciencia), ya que alrededor de él se enrolla la serpiente tentadora. Dado que en el siguiente panel se representa un mundo lujurioso, se ha interpretado esta tabla como el preludio de lo que después acontecerá.

En lo que a primera vista parece el típico Edén, asociado a la idea de paz y sosiego, con poco que observemos, ese idílico escenario se ve truncado. Varios signos de hostigamiento irrumpen, los animales se enfrentan unos a otros: un león derriba a un ciervo y se dispone a comerlo, un extraño bípedo es perseguido por un jabalí. En el estanque, las disputas entre los animales vuelven a reanudarse: un leopardo lleva en la boca un ratón, un ave devora una rana. Son señales ajenas a la paz paradisíaca que suelen interpretarse como aviso de pecado.

El pecado femenino se personifica en los bichejos que se arrastran por la tierra (insectos y reptiles) o nadan por el agua (anfibios y peces), ya que, de los Cuatro elementos (tierra, agua, fuego y aire), la tierra y el agua eran consideradas esencias pasivas llenas de fecundidad que, como la mujer, reciben la semilla.

El pecado masculino se representa por las alimañas que vuelan (insectos voladores, aves, murciélagos…), ya que el aire es considerado un elemento activo, asociado al fuego y opuesto a la tierra, por lo tanto, masculino.

El demonio está escondido en los estanques y las rocas que son, para El Bosco, la guarida de los espíritus malignos. Por ejemplo, en la fuente de la vida vemos una estructura entre mineral y orgánica, con un orificio por el que asoma una lechuza, un explícito símbolo de la malicia, que también aparece en El carro de heno. Cabe la posibilidad de que este elemento arquitectónico, similar a una flecha de una catedral, en el centro del cuadro, sea un símbolo fálico preconizador de los placeres de la carne de la tabla central.3 A su derecha, una roca cuya forma es el rostro oculto del Diablo, del que surge la serpiente que se enrosca al Árbol de la fruta prohibida. Los extraños contornos de esos montes rocosos del fondo indican una posible perturbación de la pacífica convivencia.

Aparecen en la obra animales reales, pero extremadamente exóticos, en la época de El Bosco, como jirafas, elefantes, leones, leopardos, cuando África era prácticamente desconocida en Europa. El autor sólo pudo tener referencia de esas bestias a través de los «Bestiarios mitológicos» medievales (que sin duda superó con creces) y los dibujos que comenzaban a circular gracias a la imprenta, sobre todo los que tenían Egipto como tema principal.

La obra presenta un intenso y variado cromatismo. Predominan los verdes y el azul intenso del fondo, que contrastan con el manto rojo de Dios y la blancura de los cuerpos de Adán y Eva.

miércoles, 8 de febrero de 2017

La Creación de Adán

La Creación de Adán, XII. Anónimo
Pintura al fresco sobre revestimiento mural trasladado a lienzo, 203 x 239 cm.
Museo del Prado. Madrid.

El día en que el Señor Dios hizo tierra y cielo, no había aún matorrales en la tierra, ni brotaba hierba en el campo, Porque el Señor Dios no había enviado lluvia sobre la tierra, ni había hombre que cultivase el suelo; pero un manantial salía de la tierra y regaba toda la superficie del suelo. Entonces el Señor Dios modeló al hombre del polvo del suelo e insufló en su nariz aliento de vida; y el hombre se convirtió en ser vivo. Luego el Señor Dios plantó un jardín en Edén, hacia Oriente, y colocó en él al hombre que había modelado.

Leemos hoy la creación del ser humano en el Paraíso. Contemplamos la escena en el fresco conservado en el Prado que lo representa. El conjunto de las pinturas murales de la ermita de la Vera Cruz de Maderuelo (Segovia) fue trasladado a lienzo en 1947 y reconstruido en el Museo del Prado lo más fielmente posible a su disposición original. Los muros de la capilla están decorados con figuras de ángeles, Apóstoles y escenas evangélicas, y los testeros presentan dos temas bíblicos:

Las figuras representadas, típicamente románicas, no tienen volumen ni profundidad y están delimitadas por unos simples contornos que dividen los espacios correspondientes. El estilo del artista ha sido siempre considerado muy próximo al Maestro de Tahull.

martes, 7 de febrero de 2017

La Creación


La Creación de los animales, 1550 - 1553. Obra de Tintoretto
Óleo sobre lienzo. 151×258 cm

Esta imagen nos puede ayudar a releer la lectura del Génesis que la liturgia nos propone hoy. El cuadro forma parte de una serie de cinco relatos bíblicos que el artista realizó por encargo para el Albergo de la Scuola della Santissima Trinità en Venecia. Aparece en el centro del lienzo, dominando toda la composición, la figura de Dios suspendido en el aire levantando los dedos índice y corazón en el acto de la Creación. La diversidad de animales aparece como un repertorio en el que cada especie se encuentra en su propio elemento.

lunes, 6 de febrero de 2017

Giusto de' Menabuoi. La creación del mundo

Creación del mundo, 1378. Giusto de' Menabuoi
Fresco
Baptisterio de la Catedral de Padua.

Leemos hoy en la Eucaristía la primera página de la Biblia: el relato de la Creación del mundo, del Libro del Génesis. Contemplamos la versión de este relato en los pinceles de un artista del Trecento italiano Giusto de' Menabuoi. Fuera de la esfera de las estrellas fijas, representados por los signos del zodiaco se encuentra el creador, entronizado sobre querubines y serafines, ante un telón de fondo de oro y una esfera de cristal. En la zona circular dentro de los cielos están las órbitas de los planetas, y en el círculo más interno muestra un mapa del mundo en el que aparecen no sólo Italia y la zona del Mediterráneo, sino también del resto de Europa, África del Norte y Asia.

domingo, 5 de febrero de 2017

El Greco. El Salvador


El Salvador, 1610-1614, Domenico Thotocópoli “el Greco
Óleo sobre lienzo, 100’40 x 80’20 cm
Museo del Greco, Toledo. España 

Hoy en el  evangelio según san Mateo 5, 13-16, Jesús nos dice que y como debemos ser con unas imágenes muy hermosas y esenciales de la vida, la sal y la luz. Indispensables para la vida cotidiana y el desarrollo de la actividad del hombre, las consideramos insignificantes tantas veces no prestando atención a su verdadera importancia. Dos elementos a los que estamos tan acostumbrados  que cuando faltan notamos su ausencia con gran sorpresa. Posiblemente puede ser así nuestra vivencia de fe que, conviviendo con ella a diario, no somos capaces de valorarla y disfrutarla en la medida que se nos da. Es un don y un regalo que debemos poner a disposición y hacer de ésta un gozo para nuestra existencia. Miremos a este Cristo Salvador que hoy nos dice Tu eres la sal y la luz del mundo...

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte; tampoco se enciende una vela para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero, y que alumbre a todos los de casa. Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo. 

Esta obra sigue la tradición bizantina, aunque también utiliza algunos rasgos del arte de la Contrarreforma. La figura remite al Pantocrátor, tema recurrente de la iconografía cristiana medieval que en esta época prebarroca hay que poner en relación con encargos más pequeños destinados a la devoción particular, y que en manos de El Greco, que nos muestra una canónica imagen frontal de Cristo bendiciendo con la mano derecha a la manera griega y apoyando su brazo izquierdo en el globo del mundo, se conforma como una versión mucho más libre y personal, atrapando al espectador gracias a su majestuosidad y a esa penetrante mirada de extremada expresividad. 

Este Salvador forma parte de un Apostolado, un ciclo que el pintor repitió varias veces en su vida, uno de los conjuntos más singulares de su producción tardía. Aunque su procedencia no está muy clara y hasta hace poco se creyó que habían pertenecido al Hospital de Santiago de Toledo, desde donde, tras las desamortizaciones, habrían pasado a la iglesia de San Pedro Mártir y de ahí al Museo Provincial que se estableció en el monasterio de San Juan de los Reyes, las últimas investigaciones parecen apuntar a una donación de Manuel Marcelino Rodríguez, cura párroco de la iglesia de San Lucas, al Asilo de Pobres de San Sebastián, fundado en 1834.

sábado, 4 de febrero de 2017

Venid vosotros solos

 Cristo y los apóstoles, S XVII. Obra de Francesco Grigiotti.
Misal de Cuaresma y Semana Santa de Urbano VIII 
Biblioteca de Castilla-La Mancha

El Evangelio de hoy nos narra como el Señor tenia necesidad de apartarse a la intimidad con los apóstoles  Busca un sitio tranquilo para descansar. La fatiga, el quehacer diario, el ruido, las preocupaciones, la gente y sus afanes  nos pueden desbordar y cegar. Esa realidad nos puede hacer olvidar y no prestar atención al sosiego en aquel que nos alienta, Cristo.

En esta barroca ilustración se nos muestra perfectamente como Jesús atiende a los discípulos, a pesar de que fuesen una multitud quien los reclamaba,  en la intimidad, y se recrea con y en ellos ¿que podrán dar y enseñar si no toman y escuchan al maestro? Es curioso hacer notar que ésta se refiere al misal de Cuaresma y Semana Santa. Así pues y de la misma manera, días antes de comenzar este ciclo litúrgico, Cristo nos invita a holgarnos en él, escucharle, atenderle  y en él, coger aliento y fuerza para dedicarnos a todos los que reclaman nuestra atención. Ayudar y guiar sin olvidar quien es el verdadero Pastor y de donde viene el sosiego y la calma que debemos regalar.

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: -«Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco. » Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.


Marcos 6, 30-34

jueves, 2 de febrero de 2017

Maestro de la Sisla. La Presentación en el Templo.

La Presentación en el Templo, 1450. Maestro de la Sisla
Técnica mixta sobre tabla pasada a lienzo, 203 x 100 cm.
Museo del Prado

Alabamos hoy al Señor en el Misterio de su Presentación en el Templo. Contemplamos la escena en la representación que de ella hizo el Maestro de la Sisla. María, ricamente vestida, sostiene al Niño sobre el altar acompañada de José. Completan la escena Simeón y varias mujeres, una de las cuales lleva una cesta con dos palomas. Proviene, junto con otras cinco pinturas del mismo conjunto, del Monasterio jerónimo de La Sisla (Toledo).

miércoles, 1 de febrero de 2017

Pedro Berruguete. Cristo Salvador del Mundo

Cristo Salvador del Mundo. XV. Pedro Berruguete
Óleo sobre tabla.
Museo Diocesano de Palencia

«¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es ésa que le han enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?»

Quienes escuchan a Jesús y ven sus acciones milagrosas, se preguntan admirados acerca de la personalidad de Jesús. La respuesta creyente afirma que es el Salvador del mundo, tal como nos lo muestra Berruguete en esta tabla de tradición castellano, en la que Cristo resucitado aparece revestido de manto real, con el globo del mundo en cristal, coronado con la cruz a modo de cetro triunfal, del que cuelga el pendón de la cruz.