Martirio de san Vicente. 1450-1500. Anónimo
Técnica mixta sobre tabla. Medidas: 250 cm x 84 cm
Museo del Prado. Madrid
Celebramos hoy la memoria del que fuera, tal vez, el más importante y celebrado de los mártires de la Hispania cristiana primitiva. Nació en Zaragoza; su padre fue Eutricio (Euthicius) y su madre, Enola, natural de Huesca. Bajo la dirección de Valerio, obispo de Zaragoza, Vicente hizo grandes progresos en sus estudios. Fue ordenado diácono y comisionado para predicar en la diócesis, el obispo tenía dificultades para hablar.
Por orden del gobernador Daciano, él y su obispo fueron encadenados y llevados a Valencia y estuvieron en prisión durante mucho tiempo. Entonces Valerio fue desterrado; pero Vicente fue sometido a crueles tormentos, el potro, la parrilla y la flagelación. Fue encarcelado de nuevo, en una mazmorra. Después fue colocado en una suave y lujosa cama, para quebrar su constancia, pero allí expiró.
Su cuerpo fue echado a un basurero para ser devorado por los buitres, pero fue defendido por un cuervo. Daciano lanzó su cuerpo al mar atado a una rueda de piedra de molino, pero volvió a la orilla y fue enterrado por una piadosa viuda. Después que la paz fuera restaurada para la Iglesia, se construyó una capilla sobre sus restos fuera de las murallas de Valencia.
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