San Pablo escribiendo. XVI. Maestro del Papagayo
Óleo sobre tabla. Medidas: 68 cm x 93 cm.
Museo del Prado. Madrid
Para no poner en ridículo nuestro ministerio, nunca damos a nadie motivo de escándalo; al contrario, continuamente damos prueba de que somos ministros de Dios con lo mucho que pasamos: luchas, infortunios, apuros, golpes, cárceles, motines, fatigas, noches sin dormir y días sin comer; procedemos con limpieza, saber, paciencia y amabilidad, con dones del Espíritu y amor sincero, llevando la palabra de la verdad y la fuerza de Dios. Con la derecha y con la izquierda empuñamos las armas de la justicia, a través de honra y afrenta, de mala y buena fama.
Este texto de la Segunda Carta a los Corintios que leemos en la Eucaristía nos da pie para contemplar esta imagen del santo apóstol escribiendo. Su autor es el llamado Maestro del Papagayo, pintor flamenco de composiciones religiosas y retratos. Recibe su nombre del papagayo con el que juega Jesús en algunas de las Vírgenes con Niño que se le atribuyen. Su obra presenta analogías estéticas e iconográficas con la del Maestro de las Medias Figuras, como se puede apreciar en las bellas jóvenes en el papel de santas. Por sus rasgos comunes las obras de ambos se confunden frecuentemente; sin embargo, las obras del Maestro del Papagayo se caracterizan por una mayor riqueza cromática, expresividad y humanidad que las del Maestro de las Medias Figuras. También recibe influencias de Joos van Cleve y de Jan Gossaert. Del repertorio de este último se sirvió para varias representaciones de la Sagrada Familia y la Virgen con el Niño. La proximidad con algunas obras de Ambrosius Benson hace pensar que también mantuvo contactos con la escuela de Brujas. Las pinturas del Maestro del Papagayo se reconocen por los rostros anchos, la nariz fina y los dedos y uñas alargados.
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