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lunes, 7 de abril de 2014

Giotto. El beso de Judas

El beso de Judas. 1304-06. Giotto
Fresco. Medidas: 200cm x 185cm.
Capilla de los Scrovegni. Padua

La Oración del Huerto fue interrumpida por un grupo armado que, guiado por Judas, prendió a Jesús. En ese momento se cumplió la más triste de las profecías de los salmos: Y tú, mi amigo, mi confidente, eres el primero en traicionarme. Por treinta monedas entregó al Señor, y la señal para hacerlo fue un beso. Pedro opuso violenta resistencia, cortando la oreja del criado Malco; Jesús se lo recriminó y curó milagrosamente al herido. Era de noche, y la tiniebla cubrió con el luto de la maldad el lamentable camino que arrastraría a Jesús hasta el Calvario.

Para ilustrar esta escena hemos escogido una pintura mural sita en la Capilla de los Scrovegni, en la ciudad italiana de Padua, pintada por el genial pintor medieval Giotto di Bondone. El edificio, construido en ladrillo, tiene planta rectangular y está cubierto con bóveda de cañón. Dedicada a Santa María de la Caridad, la capilla fue erigida, probablemente entre los años 1303 y 1305,1 por orden de Enrico Scrovegni, que pretendía así expiar los pecados de su padre, conocido usurero. La capilla tenía finalidad funeraria, y el propio Enrico (muerto en 1336) está enterrado allí. La decoración mural de la capilla es una de las más importantes obras maestras de Giotto, que la terminaría probablemente hacia el año 1305 o, según otros autores, en 1306.

Giotto consigue crear el efecto de tumulto y confusión. En el centro, Jesús es besado por Judas. en torno suyo, una multitud de hombres portan palos y antorchas; otro centinela toca un cuerno. A la izquierda, se distingue la cabeza aureolada de Pedro, que corta la oreja de uno de los criados. El fondo viene dado por una tiniebla pintada en un tono azul oscuro.

Llama poderosamente la atención la actitud de Cristo, recibiendo sereno el beso de Judas. ¿Con un beso entregas al Hijo del Hombre? Su mirada es serena y firme, no transmite temor ni odio, sino la firmeza unida a la dulzura de quien ve perderse al amigo y al discípulo.


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