Asunción y Coronación de la Virgen. 1497. Diego de la Cruz
Óleo sobre tabla. Medidas: 150 cm. x 81 cm.
Museo del Prado. Madrid.
Estamos recordando el misterio de la Asunción de la virgen, el privilegio por el cual ya ha participado del Misterio Pascual del Señor, signo de nuestra esperanza y motivo para nuestra confianza. En este contexto, celebra hoy la Iglesia la memoria de Santa María, Reina: su coronación como Señora de la entera creación. Por eso, hemos seleccionado una tabla de un maestro que trabajó principalmente en el área de Burgos, la segunda mitad del siglo XV: Diego de la Cruz.
Reproduce un tipo iconográfico similar a la tabla del tríptico Heinemann del Maestro de Budapest. Como en ella, se funden la subida de la Virgen al cielo y su coronación por dos ángeles en presencia de Dios Padre y la Inmaculada descendiendo a tierra. La inclusión de la figura de Dios Padre distingue esta obra tanto de la tabla del Maestro de Budapest como del retablo de Frómista.
Su figura se aparta de otras versiones de este tema con la representación del Padre, ya que en lugar de bendecir, levanta su mano derecha y dirige sus palabras hacia María, escritas en una filacteria. Características de esta tabla es el que María lleve una diadema ciñendo sus cabellos y el collar de doce perlas en su cuello. Esto, junto con la riqueza de su traje, la acerca a la descripción de Santa Brígida: Fui llevada al cielo con infinita honra y gozo, los vestidos con que fui enterrada quedaron en este sepulcro y fui vestida con vestiduras como las que tiene vestidas mi Hijo y Señor mio Jesucristo.
El ligero giro, que Diego de la Cruz imprime a su cuerpo hacia la derecha, rompe la estricta simetría de algunas de las versiones de este tema, favorecida por la distribución de los ángeles a ambos lados, en este caso ocho en total.
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