Visión de Ezequiel. 1518. Rafael Sanzio
Óleo sobre tabla. Medidas: 40 cm. x 30 cm.
Palacio Pitti. Florencia
Ayer comenzamos la lectura en la Eucaristía de fragmentos de la Profecía de Ezequiel. El profeta Ezequiel era un sacerdote del templo de Jerusalén, contemporáneo a su destrucción a manos del rey Nabucodonosor de Babilonia. El Señor le dirigió le reveló que Dios no había sucumbido con tal destrucción, sino que acompañaba a su pueblo a través de los avatares de la historia, profetizando una futura restauración que no sería la meramente material del Templo.
Ayer lunes leímos el pasaje en el que Dios se revela al profeta en toda su gloria: viento huracanado, una gran nube y relámpagos. en medio, cuatro vivientes servían de trono a una figura que parecía un hombre, rodeado de una luz como de electro. Esta imagen, llena de movimiento, es la que inspiró la obra de Rafael que hoy contemplamos.
Éste mismo Señor, que se revela a Ezequiel, le manda hoy comer el volumen que contenía ayes y lamentos, para que anuncie al pueblo rebelde de Israel cuanto Dios quiere manifestarle para su salvación.
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