Jesús resucita al hijo de la viuda de Naim. 1800. Pierre Bouillon
Óleo sobre lienzo. Medidas: 125 cm x 162 cm.
Museo de Tesse, Le Mans (Francia)
Leemos hoy en el Evangelio según san Lucas la resurrección del hijo difunto de una viuda en Naim. Cuando van a enterrarlo, en medio de duelo, con la pobre viuda que ha perdido a su único hijo, Jesús se compadece de su dolor, y lo resucita. El muerto se incorporó y empezó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre. Todos, sobrecogidos, daban gloria a Dios, diciendo: «Un gran Profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.» La noticia del hecho se divulgó por toda la comarca y por Judea entera.
El óleo que ilustra la escena pertenece al autor francés Bouillon, ya en tránsito del barroco hacia el romanticismo de tipo historicista. La escena está pintada con vivos colores, con una rica arquitectura de fondo, ante la que se yergue Jesús, revestido con un manto azul sobre túnica roja. El difunto se desprende del sudario y la madre, arrodillada, queda estupefacta ante el hecho.
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