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domingo, 1 de febrero de 2015

Gerard David. Cristo bendiciendo

Cristo bendiciendo, 1505. Gerard David
Óleo sobre tabla, Medidas: 9 x 6 cm
Museo Metropolitano de Arte. Nueva York

Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar: «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.»

Los espíritus inmundos reconocen en Jesús la presencia de Dios: éste es el tema central del Evangelio según san Marcos que leemos en la liturgia este domingo. En Jesucristo se hace presente en el mundo la fuerza salvadora de Dios, que destruye el poder del mal. Su gesto, su bendición, su existencia entera reportan a la creación la esperanza de un futuro en Dios.

En esta adaptación del arte bizantino tardío, encontramos a Cristo como un icono, con la mano izquierda apoyada en el alféizar ficticio del marco. David se centró en la humanidad de Cristo, y la frescura de la observación evidente en su fisonomía y en la delicada articulación de las manos se basa en estudios de la vida. Podría relacionarse por su tamaño y lo meticuloso del dibujo con la iluminación de un manuscrito.

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