El Salvador. 1510. Anónimo
Óleo sobre tabla. Medidas: 34 cm x 27 cm.
Museo del Prado. Madrid. España
¿Ahora creéis? Pues mirad: está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en que os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo. Pero no estoy solo, porque está conmigo el Padre. Os he hablado de esto, para que encontréis la paz en mí. En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo.
Encontramos nuestra verdadera paz solo en Cristo, nuestro Señor. Éste es el mensaje que nos transmite el Evangelio que leemos en la Eucaristía de este séptimo lunes de Pascua, a la espera del Espíritu Santo.
Contemplamos una tabla anónima, de procedencia flamenca, pintada a comienzos del siglo XVI. Cristo aparece con una mano bendiciendo, y la otra apoyada sobre la esfera del mundo, sobre la que se alza la Cruz. Esta imagen de devoción nos sirve hoy para levantar nuestra confianza al Señor, que nos envía su Espíritu Santo para guiarnos por entre los caminos de este mundo.
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