domingo, 17 de febrero de 2013

La tentaciones de Cristo


Las tentaciones de Cristo, S. XII
Mosaico
Basílica de San Marcos , Venecia, Italia

Las tentaciones de Cristo que se leen hoy en la liturgia del primer domingo de cuaresma pertenecen al evangelio de Lucas quien describe las tentaciones relatando los detalles de las conversaciones entre Jesús y el diablo. Cristo,después de ser bautizado, ayunó durante cuarenta días en el desierto de Judea . Durante este tiempo, el diablo se apareció a Jesús y lo tentó tres veces. Jesús se había negado a cada tentación del diablo y siendo rechazado abandono a Cristo. Los ángeles vinieron entonces a asistirle tras la prueba.
Es cierto que Jesús era un hombre y hoy el Evangelio nos recuerda todas estas oportunidades tentadoras que él tenía.  Él podría haber abusado de sus poder pero se mantuvo fiel. 
Por ejemplo, podría haber convertido una piedra en pan por y para su propio placer, pero sabía que su poder era para que Dios fuese glorificado y para ayudar a la gente a comprender y darles a conocer el Reino de Dios. Jesús en la tentación se mantuvo fiel a sí mismo y al Padre.
Él evita todos los reinos del mundo y su gloria. Todo poder, toda la gloria pertenece solo a Dios. Jesús no quiere ser poderoso, él renunció a todos los reinos de de este mundo. Él sabía quién era el verdadero amo y señor de todos los bienes del mundo. Él también en esta tentación se mantuvo fiel a sí mismo y al Padre.
Jesús hubiese sido una celebridad cuando hubiese saltado desde el más alto pináculo del Templo, o si se hubiera bajado de la cruz cuando lo increpaban, pero no era esta su naturaleza. Él sólo se habría degradado a sí mismo con esa representación. Él quería solo obedecer al Padre, a pesar de la dificultad o la prueba y en esto siempre se ha mantenido fiel a sí mismo y al Padre.
La fidelidad de Jesús a su Padre celestial era más fuerte que todas las tentaciones y las pruebas a las que estuvo expuesto. Él es siempre la gloria de Dios. "El hombre no vive sólo de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Ante el Señor tu Dios has de postrarte, y a él sólo servirás. No tentarás al Señor tu Dios ".
Es increíble lo rápido y abrupto que Jesús se enfrenta con el tentador, está listo y no teme. Con una frase clara, con una lógica precisa, deja al diablo incapacitado. Jesús puede porque él sabe ciertamente para quien es su servicio y a que órdenes debe obedecer. 
Sólo Dios es el más grande y lo más importante.


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