miércoles, 30 de octubre de 2013

Isenbrandt. Cristo, varón de dolores


Cristo, varón de dolores. XVI. Adrián Isenbrandt
Óleo sobre tabla. Medidas: 46cm x 29cm.
Museo del Prado. Madrid. España

La vida del cristiano no siempre está llena de contento y felicidad. También ha de padecer los infortunios, los sufrimientos y las consecuencias dolorosas de sus propios pecados. Pero lo que distingue al cristiano no es la inmunidad al dolor, sino la clave para interpretar su verdadero sentido: un dolor iluminado por el varón de dolores, que tomando sobre sí nuestro pecado, experimentó el sufrimiento pero nos dio la esperanza de triunfar en la Pascua de la Resurrección.

El tema del Cristo doliente ha sido representado en múltiples ocasiones. Hoy hemos escogido una obra del flamenco Isenbrandt: su Cristo, varón de dolores. Jesús, coronado de espinas y con las manos atadas a la Cruz está sentado en el Gólgota. En el plano medio, a la izquierda, a las puertas de Jerusalén, se representa el camino del Calvario, mientras que, a la derecha, la comitiva se dirige hacia el monte Calvario, situado en el fondo, sobre el que se alzan las cruces de Cristo y de los dos ladrones. 

Isenbrant separa en esta obra la historia de la Crucifixión del Cristo de Pasión, del primer plano, imagen de devoción destinada a la meditación del fiel, por cuya salvación ha muerto Jesús en la Cruz. 

El paisaje tiene evidentes deudas con los de Joachim Patinir, perteneciente a una generación anterior a la de Isenbrant.

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