miércoles, 3 de junio de 2015

Anónimo. Tobit queda ciego

Tobit queda ciego. 1479. Biblia de Eduardo IV
Iluminación sobre pergamino
Biblioteca Británica. Londres

La primera lectura de esta semana está tomada del libro de Tobías. Su padre, Tobit, es un justo judío, que vive en el exilio. Arriesgando su vida, se dedica a hacer obras de misericordia para con los judíos perseguidos. Pero, mientras dormía un día, le cayeron en los ojos excrementos de golondrina, que le dejaron ciego. Tal desgracia simboliza la desdichada suerte del pueblo judío en el exilio:

Señor, tú eres justo, todas tus obras son justas; tú actúas con misericordia y lealtad, tú eres el juez del mundo. Tú, Señor, acuérdate de mí y mírame; no me castigues por mis pecados, mis errores y los de mis padres, cometidos en tu presencia, desobedeciendo tus mandatos. Nos has entregado al saqueo, al destierro y a la muerte, nos has hecho refrán, comentario y burla de todas las naciones donde nos has dispersado. Sí, todas tus sentencias son justas cuando me tratas así por mis pecados, porque no hemos cumplido tus mandatos ni hemos procedido lealmente en tu presencia. Haz ahora de mí lo que te guste. Manda que me quiten la vida, y desapareceré de la faz de la tierra y en tierra me convertiré. Porque más vale morir que vivir, después de oír ultrajes que no merezco y verme invadido de tristeza. Manda, Señor, que yo me libre de esta prueba; déjame marchar a la eterna morada y no me apartes tu rostro, Señor, porque más me vale morir que vivir pasando esta prueba y escuchando tales ultrajes.

La imagen que contemplamos, que pertenece a la Biblia Ilustrada de Eduardo IV de Inglaterra, nos muestra precisamente el momento en el que la golondrina deja caer sus excrementos sobre los jos de Tobit, dejándole ciego.

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