miércoles, 5 de noviembre de 2014

Mansueti. Representación simbólica de la Crucifixión

Representación simbólica de la Crucifixión. 1492. Giovanni Mansueti
Óleo sobre lienzo. Medidas: 129 cm x 123 cm.
National Gallery. Londres

Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío. Esta afirmación de Jesús que leemos hoy en el Evangelio nos invita a contemplar el misterio de la Cruz, que después de la Resurrección del Señor no es ya únicamente un instrumento de tortura e ignominiosa ejecución, sino el lugar donde Dios mismo ha realizado nuestra Salvación.

Contemplamos, por eso, una obra del pintor veneciano Mansueti, en la que se representa simbólicamente la Crucifixión sobre un fondo arquitectónica y natural típico del Renacimiento. Aparece la Santísima Trinidad en el Hijo crucificado, sujeto por el Padre Eterno, y coronado por el Espíritu Santo en forma de paloma.

A los pies de la Cruz están la Virgen y varios santos: los apóstoles Juan y Pedro, María Magdalena, José de Aritmatea y Nicodemo de rodillas. Dos ángeles desde sendos púlpitos muestras dos instrumentos de la Pasión: la lanza con la que fue atravesado, y la esponja con la que le dieron el vinagre.

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