sábado, 9 de julio de 2016

Anónimo. Déesis

Pantocrator de la Deesis de Tier. 1399. Anónimo
Témpera sobre tabla. 210 cm de altura
Catedral de la Anunciación. Kremlim. Moscú.

El año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor sentado sobre un trono alto y excelso: la orla de su manto llenaba el templo. Y vi serafines en pie junto a él, cada uno con seis alas: con dos alas se cubrían el rostro, con dos alas se cubrían el cuerpo, con dos alas se cernían. Y se gritaban uno a otro, diciendo: «¡Santo, santo, santo, el Señor de los ejércitos, la tierra está llena de su gloria!» Y temblaban los umbrales de las puertas al clamor de su voz, y el templo estaba lleno de humo. Yo dije: «¡Ay de mí, estoy perdido! Yo, hombre de labios impuros, que habito en medio de un pueblo de labios impuros, he visto con mis ojos al Rey y Señor de los ejércitos.» Y voló hacia mí uno de los serafines, con un ascua en la mano, que había cogido del altar con unas tenazas; la aplicó a mi boca y me dijo: «Mira: esto ha tocado tus labios, ha desaparecido tu culpa, está perdonado tu pecado.» Entonces escuché la voz del Señor, que decía: «¿A quién mandaré? ¿Quién irá por mí?» Contesté: «Aquí estoy, mándame.»

La primera lectura de la Eucaristía nos presenta la visión inaugural del profeta Isaías, en la que Dios se manifiesta en su majestad. Por eso, hemos escogido un icono de Cristo Pantocrátor, que nos muestra precisamente la representación de esta escena. Cristo aparece sentada en el centro de una mandorla mística, sobre un fondo rojo, vestido con una túnica blanca. Lleva en la mano el libro de la Escritura, y con la mano derecha bendice a los fieles. Este icono es venerado en una de las Catedrales del Kremlim, el recinto del gobierno eclesiástico y político de Rusia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario