miércoles, 9 de julio de 2014

Claustro de Silos. La duda de Tomás

La duda de Tomás. XI. Primer maestro de Silos
Piedra tallada
Monasterio de Santo Domingo de Silos

En aquel tiempo, Jesús llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia. Éstos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo, el publicano; Santiago el Alfeo, y Tadeo; Simón el Celote, y Judas Iscariote, el que lo entregó.

El pasaje del Evangelio según san Mateo que se lee hoy en la Eucaristía nos narra la designación de los doce apóstoles por parte de Jesús. Del mismo modo que Israel se formó a partir de las doce tribus surgidas de los hijos de Jacob, así el nuevo pueblo de Dios se forma a partir del testimonio de estos discípulos que convivieron con el Señor.

Hemos escogido el célebre apostolado románico de uno de los frisos del claustro de Silos, en el que se nos describe la duda de Tomás. Dado que la escena tuvo lugar después de la Resurrección del Señor, no aparece Judas Iscariote, sino que es sustituido por Pablo.

La obra fue tallada a finales del siglo XI por el llamado primer Maestro de Silos. Aparecen alineados los apóstoles, excepto Tomás, cuya carencia de fe es remarcada por el artista a través del gesto de Jesús que, levantando el brazo, lo distingue nítidamente de los demás. Todos los apóstoles portan largas y bien talladas barbas, excepto el joven Juan, que muestra una incipiente barba. Cada apóstol porta en su nimbo su propio nombre.

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