Alegoría de la vanidad. 1635. Antonio de Pereda
Óleo sobre lienzo. Medidas: 174cm x 139cm.
Museo de Historia del Arte. Viena
Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Estas palabras de Jesús que leemos hoy en la Eucaristía nos dan pie para contemplar un típico cuadro del barroco, en el que se nos invita a la verdadera sabiduría, más allá de las apariencias falaces de este mundo. Se trata de la obra de Antonio Pereda titulada "Alegoría de la Vanidad".
Pereda se desenvolvió bien en obras de menor formato y composición sencilla, con sólo una figura o un número reducido de ellas, en las que logrará transmitir una intensa emoción gracias a su sentido sensual del color y la objetividad minuciosa de su técnica, casi flamenca, atenta a las calidades de la materia.
Son estas cualidades las que le permitirán destacar también como un excelente pintor de bodegones (Museos de Lisboa, Hermitage, Moscú, Museo Pushkin y Helsinki, firmados todos en la década de 1650), así como de la variante del género que constituyen las vanitas. Destaca un lienzo del Desengaño de la Vida propiedad del Almirante de Castilla, del que otra versión semejante se encontraba en poder de los herederos del pintor. Podría ser la célebre Vanitas del Kunsthistorisches Museum de Viena que hoy contemplamos, presidida por un ángel que muestra, entre calaveras y despojos de la vanidad, un camafeo con el retrato de Carlos V sobre la esfera del mundo que llegó a dominar. Por el tipo humano del ángel esta Vanitas de Viena podría corresponder a una fecha cercana a 1635. Una versión semejante en su concepción, pero de factura más deshecha, correspondiendo a una fecha mucho más tardía, se encuentra en los Uffizi de Florencia.
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