"Historiale Biblia" 1732, Petrus Comestor
Tinta sobre pergamino
Koninklijke Bibliotheek , La Haya. Países Bajos
La historia de la llamada de Eliseo que hoy leemos en la liturgía, (1Rey. 19, 15-21) se complementa con el evangelios ( Lc 9, 51-62) y la respuesta al seguimiento de Cristo. Es un relato vocacional, como tantos en la Biblia, pero con peculiaridades y sobre todo una misión como vocación profética. Vivir segun el Espíritu, como dice san Pablo, ( Gal. 5, 1. 13-18) ha de hacernos profetas y misioneros. Quien vive segun el Espíritu vive una vocación en la libertad: no en una libertad para que se aproveche la carne; al contrario, para ser esclavos unos de otros por amor.
La vocación en Eliseo es total. Eliseo no puede volver atrás, porque ya es de Dios, ha sido segregado para una misión. Ha sido ungido con el manto profético, y no hay demoras. La vocación de Eliseo es un llamado al cambio radical, cambio que se manifiesta en la acción siguiente. "Volvió atrás Eliseo, tomó la yunta de bueyes y los ofreció en sacrificio. Con el yugo de los bueyes asó la carne y la entregó al pueblo para que comieran. Luego se levantó, siguió a Elías y le servía." (19. 21)
El manto, en este caso, es desposorio de Eliseo con Yahvé, pero mucho más que eso; es posesión que toma Dios de Eliseo, es seducción que lo obliga, es relación carnal en el sentido de intimidad. Eliseo ya no podrá separarse de Dios. "Entonces Eliseo abandonó los bueyes y echó a correr tras Elías, diciendo: “Déjame ir a besar a mi padre y a mi madre y te seguiré”. Le respondió: “Anda y vuélvete, pues ¿qué te he hecho?” (19.20)
Eliseo sacrifica los bueyes y quema el yugo, o sea, se queda sin trabajo. Ya no puede arar más. Ha cambiado radicalmente su vida en pos del seguimiento de Elías, que es seguimiento de Yahvé. Si era rico, se ha vuelto pobre. Y más aún, se ha convertido en siervo de un perseguido político, o sea, se ha rebajado completamente, para asumir desde allí su misión. No es ni siquiera discípulo de Elías; es su servidor. Ha dejado atrás lo antiguo, su trabajo y su casa, su familia. Comienza un nuevo camino porque considera que Yahvé es el valor absoluto, y lo demás es relativo.
La repartición de la carne es un gesto de intimidad con el pueblo, es compartir la mesa. Eliseo ha sido llamado para ser profeta de su tierra, ha sido llamado a un compromiso que es religioso y que es social. Cambia su vida radicalmente para donarse radicalmente en servicio de lo divino y del Pueblo. Ya no puede volver porque ha quemado su vida antigua y ha repartido lo que tenía. Ahora sólo puede dar su persona.