Mostrando entradas con la etiqueta Jesucristo recibe el mundo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Jesucristo recibe el mundo. Mostrar todas las entradas

jueves, 16 de junio de 2016

Antonio Arias. Jesucristo entrega el mundo a de Dios Padre

Jesucristo recibe el mundo de manos de Dios Padre. 1657. Antonio Arias
Óleo sobre tabla. Medidas: 220 cm x 164 cm.
Museo del Prado. Madrid

El Evangelio de la Eucaristía nos recuerda hoy el momento en el que Jesús enseñó a orar a sus discípulos, y nos transmitió el Padre Nuestro. Por eso, hemos escogido un lienzo de Antonio Arias que nos muestra a Jesucristo entregando el mundo redimido por su Pasión a Dios Padre. Junto con las obras Jesucristo lavando los pies a San Pedro, Cristo ante Pilatos, Cristo con la cruz a cuestas encuentra a la Verónica y La Crucifixión formó parte de una serie de once lienzos sobre la Pasión de Cristo, realizada por Arias para el claustro del convento de San Felipe el Real.

La obra que contemplamos nos muestras a Jesús, desnudo, con los diversos instrumentos de la Pasión, y el Padre celestial, que recibe de las manos de Jesús el mundo redimido por los méritos de su sagrada Pasión. Jesús, el Hijo de Dios, hace posible que también nosotros seamos hijos de Dios, al haber asumido nuestra condición humana, y haberla redimido.

jueves, 18 de junio de 2015

Antonio Arias. Jesucristo entrega el mundo a de Dios Padre

Jesucristo recibe el mundo de manos de Dios Padre. 1657. Antonio Arias
Óleo sobre tabla. Medidas: 220 cm x 164 cm.
Museo del Prado. Madrid

El Evangelio de la Eucaristía nos recuerda hoy el momento en el que Jesús enseñó a orar a sus discípulos, y nos transmitió el Padre Nuestro. Por eso, hemos escogido un lienzo de Antonio Arias que nos muestra a Jesucristo entregando el mundo redimido por su Pasión a Dios Padre. Junto con las obras Jesucristo lavando los pies a San Pedro, Cristo ante Pilatos, Cristo con la cruz a cuestas encuentra a la Verónica y La Crucifixión formó parte de una serie de once lienzos sobre la Pasión de Cristo, realizada por Arias para el claustro del convento de San Felipe el Real.

La obra que contemplamos nos muestras a Jesús, desnudo, con los diversos instrumentos de la Pasión, y el Padre celestial, que recibe de las manos de Jesús el mundo redimido por los méritos de su sagrada Pasión. Jesús, el Hijo de Dios, hace posible que también nosotros seamos hijos de Dios, al haber asumido nuestra condición humana, y haberla redimido.

martes, 26 de agosto de 2014

Antonio Arias. Jesucristo recibe el mundo de manos de Dios Padre

Jesucristo recibe el mundo de manos de Dios Padre. 1657. Antonio Arias
Óleo sobre lienzo. Medidas: 220 cm. x 164 cm.
Museo del Prado. Madrid.

Os rogamos, hermanos, a propósito de la venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, que no perdáis fácilmente la cabeza ni os alarméis por supuestas revelaciones, dichos o cartas nuestras, como si afirmásemos que el día del Señor está encima. Que nadie en modo alguno os desoriente.

Estas palabras están tomadas del capítulo tercero de la Segunda Carta a los Tesalonicenses, que hoy leemos en la primera lectura de la Eucaristía. Se trata del argumento central de esta epístola: frente a los que invitaban a abandonarlo todo en la certeza de la inmediatez del retorno glorioso del Señor y del fin del mundo, se invita a los cristianos a no perder la calma y a seguir trabajando en el mundo, hasta que dicha vuelta se produzca efectivamente.

Esto nos da pie para contemplar hoy un interesantísimo lienzo de Antonio Arias, en el que aparece Dios Padre entregando el mundo a Cristo resucitado, que formó parte de un grupo de obras para el claustro del Convento de San Felipe el Real, de los agustinos calzados.

En el suelo, a la izquierda, están los instrumentos de la pasión: el flagelo y la columna de la flagelación, los clavos, el cartel de la cruz, el hisopo, la lanza, y una hermosa jarra, que podría hacer referencia a la que utilizó Pilatos para lavarse las manos. Cristo está arrodillado sobre la Cruz, y recibe del Padre Eterno, que se le manifiesta desde lo alto, el globo del mundo.

Efectivamente, el que vendrá al final de los tiempo será el que fue crucificado ignominiosamente, recibiendo entonces el poder y el dominio sobre la entera Creación. La obra de Arias no es descriptiva sino conceptual: invita a la adoración del Señor Crucificado, fuente de una Sabiduría que triunfa sobre la del mundo.