Profeta Elías, XVIII. Anónimo
Óleo sobre lienzo. 105 cm x 83 cm
Museo del Prado. Madrid
Leemos en la Eucaristía de hoy el episodio del enfrentamiento de Elías con los profetas de Baal. Israel, inducido por la pérfida reina Jezabel, ha abandonado la fe en el verdadero Dios, para entregarse a los cultos de Baal. Elías es el único profeta que se mantiene fe, y propone al rey un enfrentamiento con los profetas del falso dios: aquel que responda, quedará acreditado como verdadero. Mientras que Baal calla, el Dios de Israel responde con el fuego que devota la ofrenda. Ello da pie a Elías a exterminar a los falsos profetas.
La imagen que contemplamos es una típica imagen del barroco hispano, ligada a la devoción carmelita al santo profeta, teórico antecedente o fundador de los ermitaños carmelitas. Aparece con una espada ardiente en la mano, que simboliza el tremendo juicio de Dios, que por una parte lo acredita como su siervo, pero que al mismo tiempo termina con la vida de sus oponentes.
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