miércoles, 15 de abril de 2015

Juan de Flandes. Cristo resucitado se aparece a María

Cristo resucitado se aparece a María. 1496. Juan de Flandes
Óleo sobre tabla. Medidas: 62 cm x 37 cm.
Museo Metropolitano de Nueva York

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.

Este texto pertenece al capítulo tercero del Evangelio según san Juan. Son las palabras de Jesús, en su diálogo con Nicodemo, que leemos en la Eucaristía de hoy. Si el amor de Cristo hacia el mundo fue tal, dicho amor encontró en la piedad católica una especial expresión en la manifestación del resucitado a María, su madre.

Contemplamos dicha escena en una tabla, cuya historia es muy interesante. Se trata del lateral derecho de un tríptico, pintado por Juan de Flandes para la Capilla Real de Granada, como encargo de los Reyes Católicos. Pero dicho tríptico no es sino una copia del llmado Tríptico de Miraflores, de Roger van der Weyden, que se veneraba en la Cartuja hasta que las tropas francesas los robaron a principios del siglo XIX, terminando en la Galería de Pintura de Berlín.


La obra está estructurada en dos partes. Dentro del marco de una arco gótico, está la habitación en la que Cristo se muestra a María, dejando ver las llagas de pies y manos. Al fondo, por un ventanal, se ve la resurrección del Señor, en un sepulcro situado en medio de un paisaje despejado, con los soldados tendidos por el suelo en presencia del ángel.

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