viernes, 14 de junio de 2013

Exaltación de la Cruz


Exaltación de la Cruz, ca. 1605. Obra de Adam Elsheimer
Óleo sobre cobre, 48,5 x 36 cm

Leyendo hoy la carta a los Corintios me venia a la mente esta imagen en la que el signo de la cruz esta presente ante todos aquellos que lo han testimoniado. Todos han sido conscientes de su fragilidad y del gran tesoro que portaban y repartían, han pasado por difíciles situaciones y sufrido tormentos por repartir y enseñar ese tesoro. Todos ellos eran conscientes de que una fuerza superior, la de Dios los sostenía. Cristo se manifestaba a través de ellos, de sus muertes y dolores. Su vida era un transparentar al Maestro quien con su muerte entrego la vida. Creyeron, hablaron y vivieron, por siempre, bajo el signo poderoso de la salvación, la Cruz de nuestro Señor Jesucristo.

Pablo dice así: El tesoro del ministerio lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros.
Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no desesperados; acosados, pero no abandonados; nos derriban, pero no nos rematan; en toda ocasión y por todas partes, llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo.
Mientras vivimos, continuamente nos están entregando a la muerte, por causa de Jesús; para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. Así, la muerte está actuando en nosotros, y la vida en vosotros.
Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: «Creí, por eso hablé», también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también con Jesús nos resucitará y nos hará estar con vosotros.
Todo es para vuestro bien. Cuantos más reciban la gracia, mayor será el agradecimiento, para gloria de Dios.

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