Hoy recordamos a santa Elena, madre del emperador Constantino. Constantino fue el emperador que terminó con las persecuciones romanas contra la Iglesia, promulgando el Edicto de Tolerancia o de Milán, el año 314. Santa Elena, convertida al Cristianismo, tuvo un papel fundamental en la excavación de los santos lugares de Jerusalén, y el hallazgo, finalmente, de la sagrada reliquia de la santa Cruz. Un fragmento de dicha reliquia fue llevado a Roma, otro a Constantinopla, y otro quedó en Jerusalén. En los tres casos, se edificaron magníficas basílicas, por orden de madre e hijo.
Con tal motivo, traemos hoy para nuestra contemplación un icono bizantino anónimo. en la iconografía oriental, es anecdótica la mano del autor, que debe en cualquier caso emplear el lenguaje iconográfico transmitido por la tradición. Es el caso que nos ocupa, y su ventaja es que, independientemente del autor, cualquier fiel que conoce dicho lenguaje es capaz de interpretarlo correctamente. Aquí, nos encontramos con el emperador Constantino y la emperatriz santa Elena, que sujetan ambos la Santa Cruz. El texto escrito en griego contiene el nombre de ambos.
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