San Jerónimo penitente. 1660. Alonso Cano
Óleo sobre lienzo. Medidas: 177 cm x 209 cm.
Museo del Prado. Madrid. España
Celebramos hoy la memoria de san Jerónimo, uno de los santos padres de la Iglesia latina. Eusebio Hierónimo de Estridón o (340–420) tradujo la Biblia del griego y el hebreo al latín. Fue un célebre estudioso del latín en una época en la que eso implicaba dominar el griego. Sabía algo de hebreo cuando comenzó su proyecto de traducción, pero se mudó a Belén para perfeccionar sus conocimientos del idioma. Comenzó la traducción en el año 382 corrigiendo la versión latina existente del Nuevo Testamento. Aproximadamente en el año 390 pasó al Antiguo Testamento en hebreo. Completó su obra en el año 405. Si Agustín de Hipona merece ser llamado el padre de la teología latina, Jerónimo lo es de la exégesis bíblica. Con sus obras, resultantes de su notable erudición, ejerció un influjo duradero en la forma de traducción e interpretación de las Sagradas Escrituras y en el uso del latín como medio de comunicación en la historia de la Iglesia.
Se le suele representar en forma de penitente, haciendo referencia a su retiro en Belén para preparar la traducción de la Biblia. Es así como lo representa el lienzo que contemplamos de Alonso Cano. San Jerónimo meditaba en su retiro cuando se le apareció un ángel tocando la trompeta del Juicio Final. Se trata de un tema muy querido por los artistas del siglo XVII y Alonso Cano lo aprovecha para demostrarnos su domino de la descripción anatómica a través del escorzo del ángel, y su interés por el paisaje, que se abre, colorista y luminoso, en la parte izquierda.
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