Cristo y los apóstoles, S XVII. Obra de Francesco Grigiotti.
Misal de Cuaresma y Semana Santa de Urbano VIII
Biblioteca de Castilla-La Mancha
El Evangelio de hoy nos narra como el Señor tenia necesidad de apartarse a la intimidad con los apóstoles Busca un sitio tranquilo para descansar. La fatiga, el quehacer diario, el ruido, las preocupaciones, la gente y sus afanes nos pueden desbordar y cegar. Esa realidad nos puede hacer olvidar y no prestar atención al sosiego en aquel que nos alienta, Cristo.
En esta barroca ilustración se nos muestra perfectamente como Jesús atiende a los discípulos, a pesar de que fuesen una multitud quien los reclamaba, en la intimidad, y se recrea con y en ellos ¿que podrán dar y enseñar si no toman y escuchan al maestro? Es curioso hacer notar que ésta se refiere al misal de Cuaresma y Semana Santa. Así pues y de la misma manera, días antes de comenzar este ciclo litúrgico, Cristo nos invita a holgarnos en él, escucharle, atenderle y en él, coger aliento y fuerza para dedicarnos a todos los que reclaman nuestra atención. Ayudar y guiar sin olvidar quien es el verdadero Pastor y de donde viene el sosiego y la calma que debemos regalar.
En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: -«Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco. » Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.
Marcos 6, 30-34
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