Resurrección de Lázaro. 1514. Juan de Flandes
Óleo sobre tabla. Medidas: 110 cm x 84 cm.
Museo del Prado. Madrid España.
El quinto domingo de Cuaresma nos propone la liturgia la meditación del signo de la resurrección de Lázaro, recogido en el Evangelio según san Juan. Por este motivo, nos detenemos hoy en una tabla procedente de la Iglesia de San Lázaro de Palencia, pintada por Juan de Flandes a comienzos del siglo XVI: la resurrección de Lázaro. Se trata del último y admirable signo de Jesús, según el Evangelio de san Juan. Lázaro ha muerto, y tras varios días, acude el Señor al ruego de sus hermanas. Conmovido por el dolor, Jesús mantiene un intenso diálogo con María acerca de la resurrección y la vida. Por fin, ante el escepticismo de todos, Jesús manda abrir la tumba y llama a Lázaro, que resucita.
De acuerdo con el estilo de sus años finales en Palencia, el pintor flamenco aumenta el tamaño de las tres figuras principales, Cristo bendiciendo a Lázaro, que sale de la tumba apoyando su mano en la tapa del sepulcro y con los ojos transformados en perlas negras, y una de sus hermanas -Marta según el Evangelio de San Juan (11, 38-44)-, de rodillas, tendiendo los brazos hacia el. Al fondo sitúa el cementerio y la capilla, en ruinas.
Esta tabla de Juan de Flandes pertenecen al retablo mayor de la Iglesia de San Lázaro de Palencia, costeado por don Sancho de Castilla, antiguo preceptor del malogrado príncipe don Juan, heredero de los Reyes Católicos, y patrono de la iglesia desde 1508.
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