viernes, 19 de abril de 2013

La conversión de san Pablo


La conversión de san Pablo. 1614. Juan Bautista Maino
Óleo sobre lienzo. 243 x 157 cm

Hoy el libro de  los Hechos de los apóstoles (9, 1-20) nos cuenta como Saulo -san Pablo- después de perseguir a los seguidores de Cristo, éste le sale al encuentro en el camino de Damasco, se le revela y Saulo, a partir de entonces, cambia de aptitud y se convertirá en el apóstol de los gentiles.

En aquellos días, Saulo seguía echando amenazas de muerte contra los discípulos del Señor. Fue a ver al sumo sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, autorizándolo a traerse presos a Jerusalén a todos los que seguían el nuevo camino, hombres y mujeres.
En el viaje, cerca ya de Damasco, de repente, una luz celeste lo envolvió con su resplandor. Cayó a tierra y oyó una voz que le decía:
- «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?»
Preguntó él:
- «¿Quién eres, Señor?»
Respondió la voz:
- «Soy Jesús, a quien tú persigues. Levántate, entra en la ciudad, y allí te dirán lo que tienes que hacer.»

Después en el relato vemos como Ananias es llamado por el Señor para acoger a Saulo. El perseguidor es acogido, a pesar de los recelos del anciano, solo por que el Señor a sí lo manda.

Había en Damasco un discípulo, que se llamaba Ananías. El Señor lo llamó en una visión:
- «Ananías.»
Respondió él:
- «Aquí estoy, Señor.»
El Señor le dijo:
- «Ve a la calle Mayor, a casa de judas, y pregunta por un tal Saulo de Tarso. Está orando, y ha visto a un cierto Ananías que entra y le impone las manos para que recobre la vista.»
Ananías contestó:
- «Señor, he oído a muchos hablar de ese individuo y del daño que ha hecho a tus santos en Jerusalén. Además, trae autorización de los sumos sacerdotes para llevarse presos a todos los que invocan tu nombre.»
El Señor le dijo:
- «Anda, ve; que ese hombre es un instrumento elegido por mí para dar a conocer mi nombre a pueblos y reyes, y a los israelitas. Yo le enseñaré lo que tiene que sufrir por mi nombre.»

La fuerza del Altisimo es capaz de derribar todas las fronteras y allanar todos los caminos. Se sirve de todos aquellos que pueden parecer indignos a los ojos de los hombres para convertirlos en instrumentos suyos. El caso de Pablo sera un ejemplo para estar muy atentos a la voz de Dios Como vimos ayer con el etíope y Felipe. Hoy vemos al anciano Ananias, con el gran Saulo.

Salió Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y dijo:
- «Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció cuando venías por el camino, me ha enviado para que recobres la vista y te llenes de Espíritu Santo.»
Inmediatamente se le cayeron de los ojos una especie de escamas, y recobró la vista. Se levantó, y lo bautizaron. Comió, y le volvieron las fuerzas.
Se quedó unos días con los discípulos de Damasco, y luego se puso a predicar en las sinagogas, afirmando que Jesús es el Hijo de Dios.

El anciano acoge, liberado del recelo a quien parecía indigno, el joven, perdido su orgullosa autoridad, acepta la verdad de Cristo y se hace bautizar. Con la fuerza del Espíritu Santo proclama que Jesús es el Hijo de Dios. Ese Jesús que es el pan de la vida, el mismo que aseguro de si, "El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día." Pablo creyó en Jesús,   comió del pan de la vida y vive para siempre. Hagamos nosotros lo mismo y dispongamos nuestro corazón abriéndolo a la gracia de Dios para se verdaderos testigos de quien nos ha prometido, ni mas ni menos, que la vida eterna.

El cuadro que contemplamos, puede ser uno mas de la gran iconografía que existe del tema que nos ocupa, pero me parece que la escena carece de la violencia que otros manifiestan. Saulo ha caído del caballo, los compañeros se alejan por la derecha como si la escena no fuese con ellos, y Cristo irrumpe en en un dialogo privado con Saulo que desposeído de todo su vigor acepta humildemente la presencia de la divinidad que lo llama. Los ángeles asisten como testigos mudos del evento manifestando en su presencia lo sobrenatural del caso. 
Posiblemente y, ya que Maino fue uno de los introductores en España de la cultura figurativa de Caravaggio y del círculo de pintores activos en Roma a principios del siglo XVII, haga aquí el artista una manifestación de maestría compositiva de cuanto pudo ver y aprender en Italia entre 1600 y 1608.

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