San Martín y el mendigo. 1597-1600. El Greco
Óleo sobre lienzo, 193 cm × 103 cm
Galería Nacional de Arte .Washington, Estados Unidos
Hoy celebra la Iglesia la memoria de san Martín de Tours, nacido en Panonia, Hungría en el 316 y muerto en Francia, 397.
Esta obra fue concebida como parte del programa decorativo de la Capilla de san José en Toledo. La pintura fue realizada para agradar al donante, Martín Ramírez, por lo que El Greco muestra a san Martín, patrono del fundador, como Caballero con su exquisita armadura socorriendo a un mendigo, que se encuentra a la izquierda de la composición.
Martín Ramírez, fue un hombre que había destacado por sus buenas acciones exaltando la importancia de la caridad para la salvación del alma, según se había dispuesto en el Concilio de Trento. La escena se desarrolla en primer plano, excesivamente cercana al espectador. San Martín, vestido con una armadura damasquinada típicamente toledana, va montado en un elegante caballo blanco. Comparte su capa con el pobre que ha encontrado desnudo en el camino, figura que contemplamos a la izquierda de la composición. Al fondo vuelve a aparecer el paisaje toledano, envuelto en tormentosas nubes. Recurre a situar los personajes sobre un pequeño espacio de terreno, dando sensación de cierto agobio. La figura del santo es armoniosa y proporcionada. No se puede decir lo mismo de su caballo, de enormes patas, ni del mendigo, de una altura sorprendente que le hace aun más delgado. Emplea, por lo tanto, dos tipos de canon estético: el tradicional y el personal, diferenciados por la proporción de las figuras. La escena tiene un aire especial por el color empleado y por el lirismo con el que se cuenta la historia y que confiere a la escena un gran espiritualismo. Los azules, grises, verdes y blancos se adueñan del conjunto, destacando sobre marrones y negros. La luz refuerza estas tonalidades y resbala por las figuras, resultando de ello un interesante estudio lumínico.
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