El Cántico del Cordero. 1100. Beato de Silos
Iluminación sobre pergamino
British Library. Londres
Yo, Juan, vi en el cielo otra señal, magnífica y sorprendente: siete ángeles que llevaban siete plagas, las últimas, pues con ellas se puso fin al furor de Dios. Vi una especie de mar de vidrio veteado de fuego; en la orilla estaban de pie los que habían vencido a la fiera, a su imagen y al número que es cifra de su nombre; tenían en la mano las arpas que Dios les había dado.
Cantaban el cántico de Moisés, el siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: «Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente, justos y verdaderos tus caminos, ¡oh Rey de los siglos! ¿Quién no temerá, Señor, y glorificará tu nombre? Porque tú solo eres santo, porque vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento, porque tus juicios se hicieron manifiestos.»
Leemos hoy en la primera lectura el comienzo del capítulo quince del Apocalipsis, que vemos representado en la iluminación del Beato de Silos que contemplamos. En la parte superior están los siete ángeles, que portan las copas con las últimas plagas. Por debajo, encima de un mar pintado en azul, está el Cordero, que sujeta la cruz con una pata, sobre un monte, y los elegidos que cantan su himno de alabanza, con un instrumento musical que llevan en las manos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario