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martes, 18 de abril de 2017

Corregio. Noli me tangere

Noli me tangere. 1525. Correggio
Óleo sobre tabla. Medidas: 130cm x 103cm.
Museo del Prado. Madrid

Este Martes de Pascua contemplamos el encuentro del Resucitado con María Magdalena, para lo cual recurrimos a la célebre obra de Corregio. María Magdalena, de rodillas y ricamente vestida a la moda del siglo XVI, reconoce a Cristo resucitado en la figura de un hortelano. La escena muestra la primera aparición de Cristo tras su muerte. Magdalena, acaba de reconocer a su Maestro que, situado junto a unos aperos de labranza, señala al cielo indicándole No me toques (Noli me tangere), que todavía no he subido al Padre

El detallismo con que la obra está pintada delata el destino del encargo, la capilla de la familia Ercolani en Bolonia, uno de los pocos encargos privados realizados por Correggio tras regresar a Parma en 1520 después de su estancia de formación en Roma. La composición es de un equilibrio extraordinario, en el que se contrarrestan la inestabilidad de la figura de la Magdalena con la serenidad de Cristo frente a un paisaje iluminado por la luz del amanecer. 

Esta obra fue regalada por el príncipe Ludovisi a Felipe IV (1605-1665), quien destinó la obra al Monasterio de El Escorial.

viernes, 6 de noviembre de 2015

Corregio. Santos Pedro, Marta, Magdalena y Leonardo de Noblac

Santos Pedro, Marta, Magdalena y Leonardo. 1517. Correggio
Óleo sobre lienzo. Medidas: 172 cm x 126 cm.
Museo Metropolitano. Nueva York

Celebramos hoy la memoria de san Leonardo de Noblac, un santo muy popular en la Europa medieval. Lo vemos representado en un cuadro de devoción, junto a otros cuatro santos identificables por sus atributos simbólicos. Su autor, antonio Allegri da Corregio, nació en esta ciudad italiana de Correggio. Empezó a pintar allí y en Mantua, donde trabajaba Andrea Mantegna, que fue su principal influencia de juventud. Fue influido también por Lorenzo Costa el Viejo y Leonardo da Vinci.

Estuvo en Roma entre 1517 y 1520, época en la que adquirió un clasicismo naturalista al contacto con Rafael y Miguel Ángel. Hacia 1530 estuvo al servicio de Federico II Gonzaga, duque de Mantua. Pintó una célebre serie de cuatro lienzos de mitologías para el Palazzo Tè.

Recibe la influencia de Melozzo da Forlì. Es comúnmente considerado como pionero del uso de la luz. Consigue sensación de ingravidez. De gran sensibilidad y delicadeza, pinta a niños, adolescentes y figuras femeninas suaves y de blanda sensualidad. Comienza como un renacentista clásico, posteriormente recibe la influencia manierista y acaba, por su dinamismo y profundidad espacial, anticipando el barroco. En su madurez, su estilo es noble y equilibrado, con sombras transparentes y diseño fluido.

miércoles, 22 de julio de 2015

Corregio. Noli me tangere

Noli me tangere. 1525. Correggio
Óleo sobre tabla. Medidas: 130cm x 103cm.
Museo del Prado. Madrid

Celebramos la memoria de santa María Magdalena, y contemplamos en su veneración la célebre obra de Corregio. María Magdalena, de rodillas y ricamente vestida a la moda del siglo XVI, reconoce a Cristo resucitado en la figura de un hortelano. La escena muestra la primera aparición de Cristo tras su muerte. Magdalena, acaba de reconocer a su Maestro que, situado junto a unos aperos de labranza, señala al cielo indicándole No me toques (Noli me tangere), que todavía no he subido al Padre

El detallismo con que la obra está pintada delata el destino del encargo, la capilla de la familia Ercolani en Bolonia, uno de los pocos encargos privados realizados por Correggio tras regresar a Parma en 1520 después de su estancia de formación en Roma. La composición es de un equilibrio extraordinario, en el que se contrarrestan la inestabilidad de la figura de la Magdalena con la serenidad de Cristo frente a un paisaje iluminado por la luz del amanecer. 

Esta obra fue regalada por el príncipe Ludovisi a Felipe IV (1605-1665), quien destinó la obra al Monasterio de El Escorial.

martes, 24 de junio de 2014

Corregio. La Virgen, el niño y san Juan

La Virgen, el niño y san Juan. 1517. Antonio Allegri da Correggio
Óleo sobre tabla. Medidas: 48cm x 37cm.
Museo del Prado. Madrid

Celebramos hoy la solemnidad del Nacimiento de san Juan Bautista. Se trata del único santo cuyo nacimiento terranal se celebra, además del nacimiento o tránsito a la vida eterna en la muerte terrena. como imagen para nuestra contemplación, hemos escogido una tabla destinada a la devoción, en la que aparece la Virgen, junto a los dos niños, pintada por Corregio.

Fuera de Roma o Florencia, ningún pintor fue tan decisivo en la formulación del lenguaje clásico como Antonio Correggio, un artista relativamente conocido en vida pero enormemente influyente tras su muerte, sobre todo en las décadas inmediatamente anteriores y posteriores a 1600, cuando su combinación de virtuosismo técnico, dramatismo lumínico y expresividad gestual, captó el interés de pintores como Federico Barocci, Anibale Carraci o Giovanni Lanfranco.

Formado con su tío Lorenzo Allegri, la etapa juvenil de Correggio, anterior a su estancia en Roma entre 1518 y 1519, es incomprensible sin el conocimiento de Andrea Mantegna, de quien la tradición hace discípulo, y Leonardo da Vinci. Esta doble influencia se percibe con nitidez en esta obra, pintada en Parma entre 1515 y 1517 mientras trabajaba en la Camera di San Paolo. Si de Mantegna y su San Sebastián (Museo del Louvre) procede el apunte clasicista de la sandalia de la Virgen, las deudas con Leonardo son mayores. Así, la ambientación de la escena en una caverna remite a la Virgen de las Rocas del Louvre, mientras el gesto y peinado de la Virgen derivan de la Leda, conocida sólo por copias, y la exactitud en el tratamiento de la botánica y el sfumato son elementos constantes en la producción madura de Leonardo.

La pintura ilustra el primer encuentro entre el Niño Jesús y su primo, concretamente, el momento en que la Virgen presenta a su hijo a un San Juan Bautista de cabello oscuro que porta una pequeña cruz. La actitud de Jesús, en disposición de abrazar tanto a su primo como a la cruz, adquiere un doble significado afectivo y teológico. Práctica habitual en Correggio fue la reutilización de modelos, lo que explica el parecido del Niño Jesús con el que aparece en la Sagrada Familia con San Juanito del Museo de Bellas Artes de Orleáns.