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viernes, 27 de junio de 2014

Pompeo Baoni. Sagrado Corazón

Sagrado Corazón. 1760. Pompeo Batoni
Óleo sobre cobre
Iglesia del Gesù. Roma.

El autor de la más famosa imagen del Sagrado Corazón de Jesús es Pompeo Batoni (1708-1787). Nació en Lucca en 1708, su padre era orfebre y enseñó a su hijo el negocio familiar, destacando pronto el joven por su habilidad en la decoración y grabado de metales preciosos. A los diecinueve años Pompeo deja el taller de su padre para ir a estudiar pintura a Roma. En la ciudad eterna, el joven artista queda fascinado por las antiguas esculturas en el Vaticano y los frescos de Rafael y Annibale Carracci. Rápidamente se hizo famoso por su capacidad para copiar las esculturas clásicas, y alcanzó gran prestigio en la pintura de retratos de personajes ilustres de la época.

En 1760 pintó su célebre imagen sobre cobre del Sagrado Corazón de Jesús, que fue colocado en una capilla de la iglesia del Gesú en Roma. Esta obra se ha convertido en la imagen oficial de la devoción popular al Sagrado Corazón de Jesús.

El artista, en la creación del Sagrado Corazón de Jesús, se inspiró en las visiones de la monja francesa santa Margarita María de Alacoque (1647-1690). La primera aparición tuvo lugar en 1673 en el monasterio de Paray-Le-Monial, en la festividad de San Juan Evangelista. Cuando la santa estaba delante del Santísimo Sacramento, el Corazón divino le fue presentado como un trono de llamas, como un sol ardiente y claro como un cristal; estaba rodeado por una corona de espinas y coronado por una cruz.

Batoni representaba a Cristo, vestido con una túnica de color rojo (el color de la sangre y el martirio, la humanidad) y un manto azul (el color del cielo y de lo divino). Es un joven hermoso, con el pelo rizado largo sobre los hombros, su rostro está cubierto con una barba corta, mientras que su mano derecha apunta a su corazón irradiando llamas, y coronado con una corona de espinas, una cruz en la parte superior del corazón.

La habilidad del artista se encuentra en los ojos de Cristo, que penetran en el observador, y su mano derecha es una llamada a los espectadores para recostar su cabeza sobre el pecho de Jesús, como hizo el apóstol Juan.

viernes, 7 de junio de 2013

Corazón de Jesús


Sagrado Corazón de Jesús, 1767. Obra de Pompeo Batoni
Óleo sobre cobre 
Iglesia de Jesús,  Roma. Italia

Hoy,  viernes posterior al II domingo de Pentecostés, celebra la Iglesia la solemnidad del Corazón de Jesús. 

Los elementos esenciales de esta devoción decia Juan Pablo II "pertenecen de manera permanente a la espiritualidad propia de la Iglesia a lo largo de toda la historia", pues, desde siempre, la Iglesia ha visto en el Corazón de Cristo, del cual brotó sangre y agua, el símbolo de los sacramentos que constituyen la Iglesia; y, además, los Santos Padres han visto en el Corazón del Verbo encarnado "el comienzo de toda la obra de nuestra salvación, fruto del amor del Divino Redentor del que este Corazón traspasado es un símbolo particularmente expresivo".

Tal como afirma el Vaticano II, el mensaje de Cristo, el Verbo encarnado, que nos amó "con corazón de hombre", lejos de empequeñecer al hombre, difunde luz, vida y libertad para el progreso humano y, fuera de Él, nada puede llenar el corazón del hombre (cf Gaudium et spes, 21). Es decir, junto al Corazón de Cristo, "el corazón del hombre aprende a conocer el sentido de su vida y de su destino". 

Existe un rico magisterio pontificio dedicado a explicar los fundamentos y a promover la devoción al Corazón de Jesús: desde las encíclica “Annum Sacrum”  en la que hablaba de la Consagración del Género Humano al Sagrado Corazón de Jesús (25 de mayo de 1899) y "Tametsi futura", de León XIII; pasando por "Quas primas" y "Miserentissimus Redemptor", de Pío XI; hasta "Summi Pontificatus" y "Haurietis aquas", del Papa Pío XII. Igualmente, Pablo VI dirigió en 1965 una Carta Apostólica a los Obispos del orbe católico, "Investigabiles divitias". En ella animaba a: "actuar de forma que el culto al Sagrado Corazón, que - lo decimos con dolor - se ha debilitado en algunos, florezca cada día más y sea considerado y reconocido por todos como una forma noble y digna de esa verdadera piedad hacia Cristo, que en nuestro tiempo, por obra del Concilio Vaticano II especialmente, se viene insistentemente pidiendo..." 
Benedicto XVI, el 11 de junio de 2010, en la clausura del año sacerdotal decia: "La liturgia interpreta para nosotros el lenguaje del corazón de Jesús, que habla sobre todo de Dios como pastor de los hombres, y así nos manifiesta el sacerdocio de Jesús, que está arraigado en lo íntimo de su corazón; de este modo, nos indica el perenne fundamento, así como el criterio válido de todo ministerio sacerdotal, que debe estar siempre anclado en el corazón de Jesús y ser vivido a partir de él."

Dice el l Catecismo de la Iglesia Católica, 2669: "La oración de la Iglesia venera y honra al Corazón de Jesús, como invoca su Santísimo Nombre. Adora al Verbo encarnado y a su Corazón que, por amor a los hombres, se dejó traspasar por nuestros pecados." y en el 478, "Jesús, durante su vida, su agonía y su pasión nos ha conocido y amado a todos y a cada uno de nosotros y se ha entregado por cada uno de nosotros: "El Hijo de Dios me amó y se entregó a sí mismo por mí" (Ga 2, 20). Nos ha amado a todos con un corazón humano. Por esta razón, el sagrado Corazón de Jesús, traspasado por nuestros pecados y para nuestra salvación (cf. Jn 19, 34), "es considerado como el principal indicador y símbolo...del amor con que el divino Redentor ama continuamente al eterno Padre y a todos los hombres (Pío XII, Enc."Haurietis aquas": DS 3924; cf. DS 3812)."

Podemos leer mas aquí sobre la devoción al corazón de Jesús.