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miércoles, 21 de diciembre de 2016

Dieric Bouts. La Visitación

La Visitación. 1445. Dieric Bouts
Óleo mixta tabla
Museo del Prado. Madrid

Leemos hoy en la Eucaristía el relato de la Visitación de la Virgen María a su prima santa Isabel. Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de vientre.

He mos escogido uno de los paneles del Tríptico de la Virgen de Dieric Bouts. En este tríptico se representan cuatro escenas: la Anunciación, la Visitación, la Adoración de los ángeles y la Adoración de los Magos. Realizado hacia 1445, se considera la primera obra conservada de mano de Dirk Bouts y muestra ya un estilo similar al de las pinturas que ejecutó después, excepción hecha del canon de sus figuras, mucho más corto en este tríptico que en obras posteriores. Prescindiendo del interés que Bouts siente por el paisaje desde el principio, lo que resulta más digno de destacar en la obra del Museo del Prado son las formas ovales de los rostros de sus figuras, como se constata en el de la Virgen, que evidencia la simplificación de volúmenes de que hacen gala los pintores de los Países Bajos del Norte. Dirk Bouts recibe otros influjos al instalarse en los Países Bajos del Sur -entre 1444 y 1448 debe estar ya en Lovaina, donde morirá en 1475-. Se aprecia en esta obra la forma peculiar que tenía el pintor de traducir el mundo que le rodea, transmitiendo a sus figuras poco expresivas, sumidas en un silencio meditativo y con sus movimientos detenidos, una sensación de recogimiento, que se aleja de la fuerte emotividad de Roger van der Weyden y de la monumentalidad de Jan van Eyck, cuyo arte conoció y de los que se sirvió en la síntesis personal de su estilo.

Pese a la fecha temprana en que Bouts ejecuta el tríptico, toma de Van der Weyden algunos esquemas compositivos, como la arquitectura pintada que simula una portada con arquivolta esculpida, que este último había ideado pocos años antes para el Tríptico de Miraflores (Gemäldegalerie, Berlin), o la composición de la Visitación que deriva de otra de Van der Weyden en el Museum der bildenden Künste de Leipzig. Sin duda, en esos primeros años de la carrera de Bouts, la influencia eyckiana -mitigada después- constituye la base principal de su lenguaje pictórico. Igual que el pintor de Brujas, en el tríptico del Prado, Bouts diferencia las distintas materias como los cabellos o los tejidos -perceptibles en el arcángel Gabriel de la Anunciación-, emplea la luz como factor de unidad, dota las diferentes escenas de una atmósfera dorada y de un modelado vigoroso. 

martes, 31 de mayo de 2016

Giulio romano y Giovanni Francesco Penni. La Visitación

La Visitación, 1517. Romano - Peni
Temple sobre tabla. 200 cm x 145 cm
Museo del Prado. Madrid. España

Celebramos la fiesta de la Visitación. La Virgen María visita a su prima Isabel embarazada de Juan, el Bautista, momento en el que la Virgen entona el Magníficat.

Contemplamos un lienzo que se venía atribuyendo a Rafael. En ella aparecen dos figuras femeninas, que se distinguen por su edad, María está representada como una muchacha joven mientras que Isabel, a la izquierda, es casi una anciana, resaltando el milagro de su estado de buena esperanza, según lo escrito en los textos bíblicos. La escena se desarrolla sobre un paisaje, al fondo del cual podemos observar un momento que tendrá lugar años después: el bautizo de Jesús por Juan el Bautista en el río Jordán.

Esta obra fue diseñada por Rafael, que cobró 300 escudos, que delegó la ejecución de la pintura en su ayudante Giulio Romano y el paisaje en Giovanni Francesco Penni. El cuadro fue encargado por Giovanni Branconio, protonotario apostólico, en representación de su padre, Marino Branconio, para la capilla familiar en la iglesia de San Silvestre de Aquila. En la elección del tema por Marino debió de ser decisivo el nombre de su esposa Isabel, y el de su hijo Juan. Adquirida en 1655 por Felipe IV (1605-1665), quien la depositó en el Monasterio de El Escorial

lunes, 21 de diciembre de 2015

Maestro de Miraflores. La Visitación

La Visitación.1490-1500. Maestro de Miraflores
 Óleo sobre tabla. Medidas: 97 cm x 54 cm.
Museo del Prado. Madrid. España

Contemplamos hoy, de nuevo, la escena de la Visitación, esta vez en la representación del llamado Maestro de Miraflores. Se trata de un pintor español, perteneciente al hispano-flamenco castellano, dentro del foco burgalés o, al menos, vinculado a éste en algún momento de su actividad artística. El punto de partida para la reconstrucción de su estilo son las seis tablas de un retablo de la vida del Bautista procedentes de la cartuja de Miraflores en Burgos, propiedad del Museo del Prado.

Por su temática, se consideró obra del Juan Flamenco citado por Ponz en su Viage de España como autor del Retablo del Bautista de la cartuja de Miraflores, al no tener constancia documental de que hubiera otro de esa advocación que se hubiera sacado de la cartuja burgalesa. No obstante, la realidad era otra, como se pudo comprobar después. Lo cierto es que hubo otro retablo del mismo tema en la cartuja, que se llevó a cabo en los mismos años que las tablas del Prado y su autor, el Juan Flamenco de Ponz, fue Juan de Flandes, el pintor de corte de Isabel la Católica, a cuya costa se hacían todas las obras de la cartuja de Miraflores, destinada al enterramiento de sus padres, Juan II de Castilla e Isabel de Portugal. A partir de entonces se utiliza el nombre convencional de Maestro de Miraflores para denominar al autor de estas tablas, entre cuyas notas destaca la simplificación de volúmenes, el control que mantiene sobre la composición y el modo en que representa a sus personajes, de formas esbeltas y desproporcionadas, sumidos en sus pensamientos, como ensimismados, que le ponen en conexión con el arte de Petrus Christus y, en mayor medida aún, con el de Dirk Bouts 

domingo, 20 de diciembre de 2015

Maestro de Perea. La Visitación

La Visitación.1500. Maestro de Perea
 Óleo sobre tabla. Medidas: 176 cm x 155 cm.
Museo del Prado. Madrid. España

En aquellos días, María se puso de camino y fue a prisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.»

Leemos en este cuarto Domingo de Adviento el texto de la Visitación de Nuestra Señora a su prima santa Isabel, un tema frecuente en la iconografía medieval y renacentista. Hemos escogido una rica tabla pintada por el llamado Maestro de Perea, que marca la transición del hispano-flamenco al primer Renacimiento en Valencia. Al no haberse conservado ninguna obra firmada ni documentada de su mano, se le designa con un nombre convencional de Maestro de Perea, a partir, en este caso, del apellido de Pedro de Perea, trinchante del rey Católico, para quien su viuda, Violante de Santa Pau, mandó hacer a este artífice en 1491 un retablo con sus armas destinado a la capilla de la Epifanía del convento de Santo Domingo de Valencia.. En todas las pinturas que se atribuyen al Maestro de Perea se pueden apreciar las mismas características, entre las que cabe reseñar la utilización de los mismos tipos humanos derivados de la tradición de Jacomart-Reixach, en los que destaca la forma peculiar en la que deja ver la oreja entre los cabellos. De este modo, este artífice contribuye a prolongar la tradición del arte hispano-flamenco hasta comienzos del XVI, en una ciudad cuya pintura se incorpora al Renacimiento en 1472, año en que llegan a Valencia Paolo de San Leocadio y Francesco Pagano, hasta el punto de que apenas introduce motivos renacentistas en sus obras. Otro aspecto a destacar es el interés que el Maestro de Perea sintió por los brocados de oro en los trajes, que se muestran con reiteración en todas sus pinturas en las que el aumento de los valores decorativos va en detrimento de los plásticos y aun volumétrico

Al fondo aparece el momento inmediatamente anterior a la escena principal, la Virgen y San José, dirigidos por dos ángeles, de camino hacia la casa de Isabel y de su esposo Zacarías. El formato alargado de la composición facilita el desarrollo de la narración. Los diferentes elementos arquitectónicos, los adornos y los detalles pertenecen ya al nuevo estilo renacentista, pese a las influencias de los modelos flamencos que todavía guardan las figuras, y la presencia del oro del gusto de los clientes valencianos, ya que aumenta la riqueza del conjunto, ajena al arte renacentista.

sábado, 31 de mayo de 2014

Luis de Morales. La Visitación

La Visitación. 1565. Luis de Morales
Óleo sobre tabla. Medidas: 85cm x 125cm.
Retablo de la Iglesia de San Martín. Plasencia.

En esta fiesta de la visitación de la virgen, hemos escogido una tabla de Luis de Morales, el Divino, pintada para el retablo de la Iglesia de San Martín, en Plasencia. Este magnífico retablo alterna las pinturas de Luis de Morales con esculturas del entallador Francisco Rodríguez. fue encargado dicho retablo en 1557, y concluido en 1570.

La tabla de la Visitación nos muestra a María e Isabel en una tensión propia del Quatroccento italiano, visible en la diferencia de edad, actitudes y gestos de ambas mujeres. María está erguida, inclina la cabeza y aparta su mirada en un gesto de humildad; Isabel, en cambio, está arrodillada y mira con pasión a la joven María.

La escena está enmarcada por una doncella, que con ademanes delicados aparece como espectadora, detrás de una pilastra adornada con magníficos grutescos; en el otro lado, aparece Zacarías, hombre maduro de tez oscura y cabello alborotado.