San Juan de Ávila, ca. 1630. Obra atribuida a el Greco
Óleo sobre lienzo, 79 x 62 cm.
Museo de El Greco. Toledo. España
Hoy recordamos un gran santo que fue proclamado doctor de la Iglesia el 7 de octubre de 2012 en Roma. Predicador infatigable y autor de obras de gran profundidad espiritual. Gran conocedor de la Sagrada Escritura, que citaba de memoria, de los Padres de la Iglesia, de los teólogos y de los autores de su tiempo. Estudia y difunde la doctrina de Trento para salir al paso de las opiniones de los reformadores, de las que estaba al tanto. Aunque la fuente principal de su ciencia era la oración y la contemplación del misterio de Cristo.
En 1513 comenzó a estudiar leyes en Salamanca, de donde volvería después de cuatro años para llevar una vida retirada en Almodóvar, viviendo una vida de oración y penitencia, durará hasta 1520. Pues aconsejado por un religioso franciscano, marchará a estudiar artes y teología a Alcalá de Henares (1520-1526). Durante esta etapa murieron sus padres. Juan fue ordenado sacerdote en 1526, y quiso venerar la memoria de sus padres celebrando su Primera Misa en Almodóvar del Campo. A la ceremonia asistieron doce pobres que comieron luego en su mesa. Después vendió todos los bienes que le habían dejado sus padres, los repartió a los pobres, y se dedicó enteramente a la evangelización, empezando por su mismo pueblo.
Sus deseos de misión en las Indias, no llegaron a realizarse a pesar que se ofreciera como misionero al nuevo obispo de Tlaxcala (Nueva España), Julián Garcés, y con el propósito de embarcar se trasladó a Sevilla con su compañero de estudios en Alcalá, Fernando de Contreras. Sin embargo el arzobispo de Sevilla, Alonso Manrique ordenó a Juan de Ávila que abandonara esa idea y evangelizase Andalucía. Así pues san Juan de Ávila paso a ser el "Apóstol de Andalucía".
Desde 1531 hasta 1533 Juan de Ávila estuvo procesado por la Inquisición sevillana acusado de Erasmismo, del cual se había impregnado en Alcalá. Al cabo de un año, que paso cárcel, se le absolvió.
Tuvo gran influencia en el Concilio de Trento. El Maestro Ávila pertenece a ese grupo de verdaderos re formadores que alentaron e iluminaron la renovación de la Iglesia en aquellos tiempos recios del siglo XVI. Es modelo de catequista ta que supo transmitir con seguridad el núcleo del mensaje cristiano y formar en los misterios centrales de la fe y en su implicación en la vida cristiana, provocó la adhesión a Jesucristo y llamó a la conversión. Fue pionero en el ámbito de la educación y de la cultura. Fundó una universidad, Baeza (Jaén), dos colegios mayores, como el Colegio de San Pelagio (en la actualidad el Seminario Diocesano de Cordoba) y el Colegio de la Asunción (donde no se podía dar título de maestro sin haberse ejercitado antes en la predicación y el catecismo por los pueblos).once escuelas y tres convictorios para formación permanente e integral de los sacerdotes. Sacerdotes, a los que había que formar desde la niñez.
Fue amigo de todos y padre en Cristo de muchos hombres de toda condición, nobles y humildes, sacerdotes y seglares; y maestro, a la vez, de santos, tales como san Juan de Dios, san Francisco de Borja, san Pedro de Alcántara, san Ignacio de Loyola, san Juan de Ribera, santo Tomás de Villanueva, santa Teresa de Jesús.
El Audi, Filia fue publicado después de su muerte. El rey Felipe II lo apreció tanto que pidió no faltara nunca en El Escorial. Prácticamente es el primer libro en lengua vulgar que expone el camino de perfección para todo fiel, aun el más humilde. El sentido de perfección cristiana es el sentido eclesial de desposorio de la Iglesia con Cristo.
Renunció a las prebendas y obispados (el de Segovia y Granada), así como el capelo cardenalicio (ofrecido por Paulo III)
San Juan de Ávila que había nacido el 6 de enero de 1499 en Almodóvar del Campo (Ciudad Real), de una familia profundamente cristiana. Murió en Montilla, Cordoba, el 10 de mayo de 1569
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